ras las críticas recibidas de parte de la secretaria de Obras Públicas del Municipio de Río Grande, que cuestionó la visita del Ministro de Obras Públicas y del Titular de la Dirección Provincial de Obras Sanitarias a la nueva planta potabilizadora que se construye en esa ciudad y las declaraciones de los funcionarios en las que manifestaron tener “profundas incertidumbres porque el municipio dijo que esta obra iba a comenzar a funcionar en diciembre de 2017 y todavía no tenemos un plazo cierto”, el presidente de la DPOSS, Guillermo Worman, sostuvo que “toda esta polémica termina con la puesta en marcha de la nueva planta potabilizadora. La gente necesita soluciones”.
Agregó que “no existiría polémica si los vecinos de Río Grande tuvieran alguna precisión sobre la falta de agua o de presión durante la noche. Lo cierto es que se están utilizando recursos de la Provincia para hacer una obra que es municipal y el Gobierno necesita tener precisiones. No hay que dejar de tener en cuenta que se están utilizando recursos públicos”.
Recordó que “en diciembre recibimos declaraciones que la Planta estaba en un 92 % de avance y que en febrero pasado ya estaría terminada. Podríamos discutir muchos temas, pero lo único importante aquí es que los vecinos de Río Grande reciban agua potable por red pública. Todo lo demás, más parece, es una discusión innecesaria y que lo único que lograr es evitar dar una fecha precisa” señaló el funcionario.
Para finalizar, Worman sostuvo que “aquí lo importante es hablar de lo sustantivo: la fecha concreta en que la planta comienza a producir y distribuir agua para los sectores de la ciudad en donde existen graves problemas. Este es el pedido de los vecinos”.
La titular del área de obras públicas de la gestión Melella, Gabriela Castillo, había señalado en declaraciones radiales que “Worman y el ministro Vázquez fueron a sacarse una foto en la puerta de la planta potabilizadora y hace más de un año que no visitan la obra, así que no podrían opinar sobre los avances y qué es lo que sucede”. Aseguró que “la obra está en su instancia final. Se ha terminado la obra civil y se está haciendo el calibrado de la planta para poder bombear agua a la ciudad”.
También precisó que “hace más de 7 meses que el Fideicomiso no manda fondos y esto suma un total de 60 millones de pesos”, por lo que el Municipio debió con “fondos propios el pago de los certificados para que la obra no se pare y que de esa manera no paguemos mayores costos por la redeterminación de precios”.
