Encargado de Valle de Lobos pidió una “probation” para evitar el juicio oral
Maltrato y muerte de 87 perros alaskanos y siberianos

Encargado de Valle de Lobos pidió una “probation” para evitar el juicio oral

Se trata de Walter Callo, el encargado del centro invernal donde se constató el abandono de los animales. Su defensa ofreció pagar un resarcimiento de $12 mil para no ser juzgado. La fiscalía se opuso pero en estos casos su dictamen no es vinculante.
29/05/2019
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a defensa de Walter Callo, el encargado del centro invernal Valle de Lobos imputado del presunto maltrato de 87 perros alaskanos y siberianos alojados en el lugar, requirió la aplicación de una probation (o suspensión del juicio a prueba) para  evitar el enjuiciamiento oral y público de su defendido.
Según trascendió, Callo ofreció un resarcimiento de $12 mil a cambio de no ser juzgado, aunque esa solicitud aun no fue resuelta por el Juzgado Correccional a cargo de la causa.
La medida no tiene el acuerdo del fiscal interviniente, Fernando Ballester Bidau, quien dictaminó en contra de la aplicación de la probation, pero en el fuero correccional, esa condición no es determinante para el futuro del caso
“En los delitos criminales (con penas mayores a tres años de prisión) el consentimiento del fiscal es obligatorio para otorgar la probation. Pero en el fuero correccional (delitos con penas de hasta tres años de prisión)  se ha entendido en distinta jurisprudencia que el dictamen fiscal no resulta vinculante”, explicó ayer EDFM una fuente letrada vinculada a la Justicia.
En la práctica, esto significa que la justicia podría aceptar la probation y evitar el juicio a Callo, a pesar de la oposición manifestada por el fiscal Ballester Bidau.
En noviembre del año pasado, el juez de instrucción Javier De Gamas Soler elevó la causa a juicio tras declarar clausurado el sumario.
De Gamas Soler había dictado meses atrás el procesamiento de Callo en función del delito de maltrato animal previsto en la ley nacional 14.346, en una resolución donde también realizó un severo diagnóstico sobre el estado en el que se encontraban los perros en Valle de Lobos.
Por ejemplo, un testigo relató que vio morir varios perros por desnutrición, inclusive una perra que estaba encadenada, y observó que pese a la mala alimentación y cuidados veterinarios, se los obligaba a correr entre 10 y 12 vueltas por cada perro.
Otro testigo declaró que vio morir a tres perros semanas antes de una competencia, y que en febrero de 2018, “observó a unos perros comiendo a su cachorro y a otros animales ingiriendo su propia materia fecal”, mientras que más ejemplares “no tenían agua y estaban atados con cadenas”, se encontraban en “estado calamitoso, flacos (10 kilos) sin masa muscular, con piojos y parásitos”. A su vez otro grupo se encontraba suelto en la Laguna Esmeralda “buscando alimentos que le pudieran dar los turistas”.
Una especialista de la ONG denunciante declaró en el expediente que “vio que los canes comían trapos y luego los defecaban, como así también observó a los perros esperando a que otro defecara para comer sus heces”.
“Se tiene debidamente acreditado que Walter Callo no alimentaba en cantidad y en calidad suficiente a los animales que tenía a su cargo, que los hacía trabajar en jornadas excesivas sin proporcionarles el descanso adecuado y que eran empleados en el trabajo cuando no se hallaban en estado físico adecuado”, refiere el juez en el auto de procesamiento.
Y agrega que la disminución de ejemplares en Valle de Lobos “se debe a que han sucumbido ante la conducta de Callo, y a que han perecido por falta de alimentación, atención médica y sobreexplotación”.

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