La acusada se declaró inocente
Juicio por “homicidio agravado por el vínculo”

La acusada se declaró inocente

Claudia Concha Ávila, de 44 años, afirmó que Ezequiel Ponce se suicidó ahorcándose en el baño del apart hotel donde ambos se encontraban en diciembre del año pasado. Contó que mantenían una relación atravesada por las drogas, el alcohol y la violencia. Reveló que conoció al hombre ejerciendo la prostitución y que había sido rescatada de un local nocturno durante un operativo de trata de personas. Hoy son los alegatos.
15/08/2019
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a mujer acusada de matar a su pareja y de intentar ocultar el hecho simulando que la víctima se había suicidado, se proclamó inocente ayer en la apertura del juicio oral y público que se lleva a cabo en la ciudad de Ushuaia, donde ocurrió el hecho en diciembre del año pasado.
Claudia Concha Ávila, de 44 años, está imputada del “homicidio agravado por el vínculo” de Ezequiel Gustavo Ponce de 37, a quien según la fiscalía golpeó en la cabeza y en los testículos y luego ahorcó, antes de “montar una escena” para que pareciera que se había suicidado en el baño del hospedaje donde ambos se encontraban.
Sin embargo, al declarar ante el Tribunal de Juicio en lo Criminal de la capital fueguina, Concha Ávila insistió con la versión de que el hombre, con quien mantenía una “relación violenta” y consumían juntos “drogas y alcohol”, se suicidó colgándose con un pañuelo de la ventana del baño, mientras ella dormía.
La mujer explicó a los jueces que se dedicaba a la prostitución, y que después de haber sido “rescatada” del local nocturno “Candilejas” durante un operativo federal realizado en 2013, fue considerada víctima del delito de trata de personas y por eso desde el Ministerio de Desarrollo Social se le subvencionaba el alojamiento en la habitación 18 del Apart Hotel Alem  -cerca del centro de Ushuaia- donde se encontraba el 2 de diciembre de 2018.
También contó que Ponce fue, primero, un “cliente suyo”, y que luego iniciaron una relación sentimental que siempre estuvo atravesada por los “celos” de su pareja, el consumo de estupefacientes y bebidas alcohólicas, y por la violencia.
De hecho, mencionó que el día de su muerte, el hombre tenía vigente una prohibición de acercamiento a ella “por 90 días” a raíz de un episodio en que la había amenazado con un arma para que “volvieran a estar juntos”.
Inclusive hizo referencia a que Ponce estuvo preso tres años, y dijo que lo visitó los dos primeros años en su lugar de encierro, hasta que después se desvinculó de él debido a las escenas de celos que le hacía cada vez que lo iba a ver.  
No obstante, Concha Ávila admitió que pasó en casa de Ponce la noche anterior al supuesto crimen, y que luego el hombre insistió en acompañarla y en quedarse en el apart hotel, la jornada siguiente.
Dijo que allí discutieron otra vez “por celos” de él, y que ella terminó echándolo con la intervención de la policía, pero que horas más tarde “robó una escalera y volvió a entrar a la habitación por una ventana”, mostrándose “arrepentido” y pidiéndole que “no lo arruinara con otra denuncia policial”.
La mujer detalló que poco después se quedó dormida y que cuando se despertó y se dirigió al baño, lo encontró ahorcado y no pudo reanimarlo.

Versión “no compatible”

El fiscal del caso Eduardo Urquiza, puntualizó en su acusación que esa versión no es compatible con “la existencia de manchas de sangre en diferentes lugares de la habitación y dos piedras, una de ellas fragmentada en secciones, halladas en el interior del horno de la habitación”.
Además, la autopsia determinó que Ponce presentaba “hematomas de reciente data en la zona genital y lesiones en el sector de la cabeza, que pudieron ser provocadas con el objeto de aturdir, atontar o reducir la resistencia de la víctima”, describió el fiscal.
Urquiza planteó que la mujer, “luego de haberle provocado golpes en la cabeza, le ocasionó asfixia por comprensión externa del cuello hasta provocarle la muerte”.
El cadáver de Gustavo Ponce fue encontrado boca arriba, con la mitad inferior del cuerpo ubicado hacía el interior del baño y la mitad superior hacía el exterior. Estaba desnudo, tapado con un acolchado que le cubría los genitales y las piernas.
Por su parte Concha Ávila reconoció entre sollozos que “no puede explicar” las demás lesiones que presentaba su pareja, y solo admitió que las piedras las había puesto ella en el horno para “sostener una de las parrillas que estaba rota”.
El tribunal escuchó también ayer a un coloquio de seis peritos que expuso sobre las causas que provocaron la muerte de la víctima antes de que se decidiera el pase a un cuarto intermedio hasta hoy en que se llevará a cabo la etapa de alegatos de las partes.

El otro hecho por el que enjuician a la mujer

También negó haber comenzado un incendio

En la audiencia de debate que comenzó ayer, Claudia Concha Ávila también está siendo enjuiciada por haber provocado un incendio en un departamento ubicado sobre 25 de Mayo al 300 de Ushuaia, donde vivía con anterioridad.
De acuerdo a la acusación del fiscal Eduardo Urquiza, la imputada se encontraba discutiendo con quien era su pareja de aquel entonces, el ciudadano francés Kevin Jean Pierre Briand. Por este hecho ambos comparecieron judicialmente y se les concedió la suspensión de juicio a prueba.
“El ígneo puso en peligro la vida de los restantes ocupantes”, afirmó el fiscal en su requerimiento, dando cuenta que este hecho tuvo lugar el 28 de abril de 2014, momentos antes de las 15.35.
El incumplimiento de las medidas resueltas por el tribunal llevó a Concha Ávila a enfrentar el incidente en juicio oral.   
El Tribunal de Juicio presidido por el juez Rodolfo Bembihy Videla, con las vocalías de los doctores Maximiliano García Arpón y Alejandro Pagano Zavalía, escuchó en la víspera el descargo de la mujer a raíz de este episodio.
Concha Ávila contó que Briand era otro cliente suyo de la prostitución con quien después de un tiempo habían iniciado una relación sentimental.
Mencionó que el hombre era alcohólico, y que incluso temblaba si no bebía, y que en abril de 2014 le propuso que ambos viajaran a vivir a Brasil.
La mujer dijo haberse negado, en especial después de que el francés le contó que había conseguido trabajo para ella como prostituta en el país extranjero.
Agregó que a raíz de ello el hombre se enojó, comenzó a insultarla y se negaba a retirarse del departamento donde se encontraban, alquilado por Concha Ávila.
Dijo que como consecuencia se retiró del lugar y entonces advirtió que el hombre le había sacado el teléfono celular. Intentó primero quedarse en la casa de un vecino pero no pudo entrar y después caminó hasta el domicilio de “la mujer para la que trabajaba”, de nombre “Yamila”, en la calle Gobernador Campos al 1200.
Como no la encontró en la vivienda, esperó unos “10 o 15 minutos” y luego regresó y se encontró con el departamento incendiándose, por lo que de inmediato culpó a Briand de haber iniciado el fuego mientras la policía y los bomberos ya se encontraban en el lugar.
El francés, quien en la causa también fue imputado del incendio, cumplió las reglas de conducta de la probation y se fue de Tierra del Fuego, pero la mujer las incumplió y por eso enfrenta el juicio por ese hecho.
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