ien sabido es que el deporte se encuentra parado casi en su totalidad y el automovilismo no es una excepción. Una de las grandes incógnitas es cuál será la suerte que correrá la carrera más icónica de estas latitudes, nos referimos al Gran Premio de la Hermandad Argentino Chilena que este año en condiciones normales tendría que festejar su edición 47 en el mes de agosto. Esta es una competencia que nunca se suspendió, ni siquiera en el 78 cuando estuvo el conflicto entre las dos naciones.
Ahora bien, la pandemia que azota a todo el mundo y nos obliga a un aislamiento preventivo, afecta directamente a la carrera, con lo cual hay opiniones de todo tipo y estilo, cada piloto, navegante, mecánico o amante de este evento tiene su propio librito, motivo y razón. A causa de esto los responsables de la carrera por parte de argentina, Automóvil Club Río Grande, decidieron emitir un comunicado el cual reza lo siguiente: “La Comisión Directiva del Automóvil Club Río Grande, en virtud a distintas expresiones vertidas en programas radiales o virtuales que abordan la actividad del deporte motor, se ve en la necesidad de aclarar a sus asociados, pilotos, navegantes y adeptos a la actividad, que todo evento automovilístico que organiza o coorganiza cuenta con su planificación escrita, no solo en los que respecta a los respectivos RPP, sino que también la planificación administrativa, reglamentaria y de seguridad.
Con respecto al último punto, en los que se viene haciendo hincapié, referente los Planes de Seguridad y en especial a los correspondientes al GPH, cabe aclarar que desde el año 2016 se han plasmado en documentos acordados con ADELFA; permitiendo así la distribución y optimización de los recursos disponibles en cada edición.
Estos planes que se difunden año a año en forma parcial, se confeccionan en forma integral en donde consta no sólo la cantidad de medios sanitarios, de rescate, de comunicaciones, etc. si no que incluyen planes de contingencia que no son otra cosa que información e instructivos de cómo debe actuarse ante incidentes o accidentes y como debe accionarse para resolverlos con eficacia y eficiencia. Estos planes o instructivos son entregado a los responsables de cada puesto de comunicación, vehículo de seguridad y autoridad de la prueba.
El desplazamiento de los vehículos sanitarios, se ordena desde las máximas autoridades de la prueba a requerimiento del médico designado para la competencia; quien forma parte de estas autoridades. Cabe destacar que los médicos designados en o para el GPH, datan desde el año 2012, cuando se implementaron los “Info Médicos”, desde el 2016 se denominaron “URM” (Unidad de Rescate Médico), estas unidades no solo cuentan con un profesional, si no con elementos para atención primaria, hasta el arribo de ambulancias, de ser necesarias.
Si bien no existen profesionales específicos para la actividad del deporte motor, si los existen en rescate vehicular, bomberos, primeros auxilios, manejo de trauma, comunicaciones, etc. que cuentan con la información y conocimiento para realizar una planificación aplicable al deporte motor; es así y con estos conocimientos que los planes de Seguridad y Contingencia fueron confeccionados desde al ACRG y ADELFA para los GPH 2016/2017, GPEyP 2018 y GPH 2019; mientras que el correspondiente a la cuadragésima séptima edición se encuentra en proceso de elaboración y estudio.
A lo largo de los últimos años se ha tratado de incorporar tecnología que permita un más rápido accionar, la que no ha dado los objetivos buscados, lo que no significa que no se siga trabajando en este aspecto; incluso la situación de pandemia impidió hasta el momento realizar pruebas con un nuevo sistema satelital que incluso permitiría el monitoreo de cada vehículo en tiempo real.
Debe quedar más que claro que para las distintas comisiones organizadoras, la seguridad de la competencia es prioritaria desde hace ya muchos años, estamos convencidos que no hemos alcanzado aún los niveles deseados y que mucho queda por mejorar y en ello se continúa trabajando”.
Firma esta nota la presidente del ACRG; Mónica Cobian Bares.
