ara tener una mirada cercana del evento más convocante, posiblemente, del planeta, Matías Mengolini compartió las sensaciones y experiencias de vivir desde la tribuna los partidos de nuestra selección de fútbol, en un país por demás desconocido para nosotros.
Con el recuerdo muy fresco del triunfo ante Polonia del miércoles pasado, reflejó que le pareció estar “en una cancha local, impresionante, no había un solo polaco, estaba la cancha llena de argentinos”.
Un dato novedoso, que contradice muchas de las publicaciones que pulularon por redes sociales en todo este tiempo, es que, en la previa, dentro del propio estadio, “entrabas y tenías un mega bar VIP donde podías tomar todo lo que quisieras, cerveza fría, comida, todo gratis, espectacular, todo muy organizado” ritual que se repitió al concluir en el encuentro.
Describió el famoso estadio de los contenedores, aunque reconoció que “más bien es una cuestión estética lo de los contenedores, no en la estructura”. Ese en particular, situado sobre la costa, no tiene aire acondicionado. Pero, por suerte, ese día no hizo tanto calor.
En su primera vez en un Mundial de Fútbol, para Matías fue “realmente emocionante la entrada, la gente, los jugadores. Me impresionó la localía, era una marea celeste y blanca entrando del estadio, saliendo del estadio. Fue realmente impresionante” dijo reviviendo esa emoción.
Otra cosa que lo impresionó fue que la euforia por Argentina no fue expresada solamente por argentinos: “También mucho pakistaní y mucho indio con camiseta argentina, alentando y sacándose fotos, haciendo vivos de Instagram en el medio de la cancha. Eso es sorprendente, no sé bien por qué se da”.
Todos los estadios dispuestos para la competencia están en la capital del país, Doha. “A todos llegas en una línea de subte, o colectivo. Si quisieras podrías ver un partido, tomarte un subte e ir a ver al otro, tendrás una hora”.
En cuanto a la intensidad y expectativa previas, Matías prefirió Argentina: “Se vive con mucha más intensidad en Argentina que acá. La intensidad la vivís en la cancha, pero en la calle hay mexicanos, brasileros, de todos países. Acá el festejo es en la cancha nada más, por ese lado la expectativa es mejor vivirla en Argentina” admitió.
Consultado sobre algo que esperaba encontrar y no lo hizo, fue que creyó que iba a haber mucha más gente en todos lados, “una ciudad mucho más copada por este malón del mundo. Pero no está sobrepasada para nada. No ves mucha gente por la calle, ves plazas vacías, ves mucho tráfico, pero no ves turbas de gente por todos lados” excepción hecha de un puntual lugar muy turístico donde se reúne bastante gente.
Encontró la ciudad de Doha “muy ordenada, limpia, muy preparada para lo que está pasando. La estructura que han hecho es gigantesca. Ellos nacieron como un país pescador, de cultivo de perlas. De repente encontraron el petróleo y se vieron con un mini país con una cantidad de plata que les sobra por todos lados” describió Mengolini.
En cuanto a la situación de las mujeres, otro de los preconceptos tan difundidos, señaló que “mujeres turistas no tienen problema en ningún lado. Eso de no poder mostrar las piernas, no hay ningún problema con eso. Sí se ve algo de respeto y la gente no anda en lugares públicas con musculosas, pero sí con remeras, pantalones cortos”.
Relató la experiencia de haber ingresado a una mezquita, en donde, allí sí, las mujeres debieron cubrir sus cabezas con el tradicional velo negro. “Igual no hay nadie controlando eso la verdad” añadió.
Su párrafo final lo dedicó a despejar dudas sobre el consumo de alcohol en Qatar, donde en los restaurantes “podés tomar alcohol perfectamente. No por la calle, porque tampoco venden”. En definitiva, “no se vive como un lugar que te estén prohibiendo cosas, para nada”.
