1976 - 24 de Marzo - 2016

“Para ser libres, hay que ser esclavos de la Ley”

El 24 de marzo de 1976 no fue un día más en la historia argentina. En esa fecha un grupo de enrgúmenos se arrogó falsamente la representación popular y usurpó el gobierno. Destituyeron a la entonces presidenta constitucional, a los gobernadores de las provincias, disolvieron el Congreso Nacional y las Legislaturas Provinciales, removieron a los miembros de la Corte Suprema de Justicia y anularon las actividades gremiales como así también la de los partidos políticos. En suma clausuraron las instituciones fundamentales de la vida democrática.
24/03/2016
p
<>por Fulvio Baschera

El 24 de marzo de 1976 no fue un día más en la historia argentina. En esa fecha un grupo de enrgúmenos se arrogó falsamente la representación popular y usurpó el gobierno. Destituyeron a la entonces presidenta constitucional, a los gobernadores de las provincias, disolvieron el Congreso Nacional y las Legislaturas Provinciales, removieron a los miembros de la Corte Suprema de Justicia y anularon las actividades gremiales como así también la de los partidos políticos. En suma clausuraron las instituciones fundamentales de la vida democrática.

So pretexto de defender el pensamiento de la mayoría, este grupo de enérgumenos comenzó a imponer por la fuerza sus determinaciones.

La Constitución –es decir, la ley de leyes–, dejó de regir y los ciudadanos quedamos subordinados a las normas establecidas por los violentos.

Desde los orígenes mismos de los acontecimientos, buena parte de la ciudadanía sostuvo que esta lamentable página de nuestra historia no fue responsabilidad exclusiva de los protagonistas visibles, coincidiendo en que existió, por acción u omisión, la complicidad de distintos sectores que entendían que la existencia de esta banda de energúmenos y sus procedimientos les representarían beneficios futuros.

De este modo comenzaron a desarrollarse distintas acciones violentas para lograr el control y disciplinar a quienes no compartieran sus idea. Los ciudadanos vieron restringidos sus más elementales derechos. Circular líbremente dependía del humor y la discrecionalidad de otro energúmeno que mediante la prepotencia y el temor decidía a su antojo cuándo se podía ir a un lugar u otro, hacer determinada actividad, tener el pelo con un largo determinado, qué tipo de libros leer, hasta la aberración de decidir sobre quién vivía y quién no.

Con la suma del poder y la instalación del miedo forzaron, además de la violación de los derechos humanos, la implementación de medidas financieras y administrativas direccionadas a beneficiar a un reducido grupo de la sociedad, que por cierto ya tenía condiciones de evidente privilegio por sobre la gran mayoría, logrando que desde el Estado se profundizara el proceso de desinversión en salud, educación, vivienda, seguridad y calidad de servicios públicos que no tuvieron otro efecto que el del empeoramiento de las condiciones de vida del resto de la ciudadanīa.

Claro que con el correr de los días todo fue peor y nuestro país se sumergió en la noche más oscura de su historia.

Un capítulo dramático que concluyó con el desarrollo de otro drama, el de una guerra. Drama cuya conclusión aceleró los tiempos del proceso que permitió la recuperación de la democracia como forma de gobierno.

Pasaron los años y mucho es lo que se ha dicho, escrito y actuado en torno a estos acontecimietos de nuestra historia.

Y a pesar de todo lo dicho, escrito y actuado, pareciera que todavía existen minúsculos grupos de ciudadanos que suponen poder ponerse por encima de las instituciones de la democracia y, como entonces, arrogarse falsamente la representación mayoritaria de una sociedad que tras algo más de 32 años elige democráticamente a sus representantes, para intentar imponerle a su antojo y conveniencia sus ideas. De la misma manera que pareciera que hay instituciones de la democracia que están dispuestas a volver a dejarse ser violadas por una minúscula banda de energúmenos.

Hoy, 24 de Marzo es el día en que se conmemora el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia.

Me pregunto si para honrar la fecha, servirá repetir algo que hace muchos años alguien dijo: “Para ser libres, hay que ser esclavos de la Ley”. (Cicerón)

 

Cuál es tu opinión sobre la nota?
  • Me gusta
    93%
    13 votos
  • No me gusta
    7%
    1 voto
  • Me da igual
    0%
    0 votos