ste día, el barco mercante Formosa arriba a Puerto Argentino para aprovisionar a las tropas nacionales que habían ocupado el archipiélago. En sus bodegas llevaba un cargamento de 3.500 toneladas de alimentos, combustible para aviones, camiones, tanquetas, cocinas de campaña y otros pertrechos militares. Estos fueron casi los únicos suministros recibidos durante el conflicto.
“La historia del Formosa es tal vez una de las más electrizantes de las vividas durante la Guerra de Malvinas. Es que no sólo se trata del único barco que logró romper por dos veces, de ida a las islas y de regreso al continente, el bloqueo establecido por la flota británica sobre el archipiélago. También cobró más relevancia porque quienes realizaron esta proeza fueron 41 civiles de la marina mercante argentina que en 1982 trabajan en la Empresa Líneas Marítimas Argentinas (ELMA)” (Gustavo Ybarra. La Nación, 22/5/2012).
En el itinerario que realizó para eludir el bloqueo “debió sortear la persecución de un submarino inglés” y sufrió el “ataque de tres aviones de la Fuerza Aérea Argentina que, al sur del estrecho de San Carlos, confundieron al Formosa con un petrolero británico”. Además, “en la embarcación cayó una bomba que no estalló por milagro, la historia tiene todos los ingredientes para hablar de hazaña (...) La bomba no reventó porque la espoleta estaba mal armada. Así que ese día alguien de arriba nos ayudó", recuerda Juan Gregorio, el capitán que guio al Formosa en aquella histórica travesía”.
Gregorio recordó emocionado la llegada al archipiélago, pero también con un cierto dejo de amargura: "Las islas eran una gran desorganización. Puerto Argentino no tenía un muelle para soportar la descarga de las 3500 toneladas que llevábamos y se tardó 15 días en descargar un barco que se había cargado en 6 días". A su arribo, Gregorio fue recibido por el gobernador de las islas, Mario Benjamín Menéndez, al que describió como "un generalcito engominado".
El 1° de mayo de 1982, unas horas después de que el barco zarpara de Puerto Argentino con destino hacia la Isla de los Estados, las fuerzas británicas lanzaron su primer ataque a las tropas argentinas en Malvinas. Para ese momento, el capitán Gregorio y su tripulación ya habían cumplido exitosamente la tarea que le habían encomendado en el más absoluto secreto.
