ldquo;Después de la cena y estando de sobremesa, entró un perro trayendo en la boca la mano de un ser humano, la reacción del dueño fue instantánea, extrajo su revólver y mató al perro de un tiro, haciéndolo retirar por uno de los sirvientes”. Del encuentro participaban John Murray Thomas –conspicuo miembro de la colonia galesa del Chubut- y su esposa, quienes eran agasajos por los norteamericanos en su cabaña de Cholila. Ante el singular suceso, nadie atinó a hacer “comentario alguno, pero la escena le causó honda impresión a los esposos Thomas” (Marcelo Gavirati. Buscados en la Patagonia).
Algunos historiadores consideraron que habría sido una de las motivaciones que tuvieron los bandoleros norteamericanos Butch Cassidy y Sundance Kid para huir de su residencia en el oeste chubutense.
Esta truculenta anécdota tuvo varias versiones, donde se cambiaban los personajes pero perduraban los hechos. Otro relato fue efectuado por el nieto de George Hammond y Ethel Mair Roberts, quienes habrían estado cenando con los norteamericanos junto a la familia Jones de Nahuel Huapi: “la noche antes de venirse, se fueron a dormir las mujeres, la señora Jones y mi abuela”, que “tenía un perro, un cuzco de esos, y salió el perro, anduvo dando vueltas por ahí, entonces vino y rascó la puerta…, y tenía una mano de un tipo. Entonces se pegó un susto mi abuela, fue a avisarle a mi abuelo”; quien “le dijo: “no te hagas problema, total mañana nos vamos”. Y claro, a la mañana siguiente se fueron los Jones a Bariloche y los Hammond se vinieron a Trevelin, y los tipos de ahí en más desaparecieron” (op. cit.).
Esta versión, se complementa con la creencia de que la mano pertenecía a un detective de la agencia Pinkerton que iba tras los pasos de los norteamericanos y que estos lo ejecutaron y enterraron. En el mismo sentido se expresó una tercera formulación del incidente, en la que “la pareja de invitados eran los hermanos “Percy”, un varón y una mujer”. Según esta versión, la irrupción “del perro durante la cena habría sido” la causa “que precipitó la huida de Butch y Sundance”. En ambos casos, “Butch les habría dicho, de manera amenazante, a sus invitados: Ustedes no vieron nada”.
Los bandoleros se marcharon en esos días de Cholila, luego consumaron el asalto de un banco en San Luis y llegaron a Bolivia, donde terminaron trágicamente sus andanzas.
