Navegantes registran una misteriosa luz en el cielo fueguino
El 17 de mayo de 1712

Navegantes registran una misteriosa luz en el cielo fueguino

17/05/2016
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ste día, el navegante francés Amadeo Frazier, en momentos que transitaba por las inmediaciones del cabo de Hornos, registra en su diario de a bordo un curioso suceso que llegó a estremecer hasta a los más viejos y experimentados marineros: “durante la noche nos desplazamos al SE ¼ S por temor de encontrarnos con las islas Barnevelt… Estimamos que en los 57 ½ de latitud y 69 o 66 de longitud y durante un ventarrón con tiempo brumoso, una hora después de la media noche, el cuarto de babor vio un meteoro desconocido para los más antiguos navegantes que estaban presentes. Fue un brillo diferente del fuego de San Telmo y un relámpago que duró medio minuto y nos hizo sentir un poco de calor. Esta novedad en medio del frío y de un gran viento, intimidó a la mayor parte de los marinos que cerraron los ojos. Estos hablan de un relámpago cuyo brillo se hizo sentir aun a través de los párpados. Otros, los más valientes, aseguran haber visto un globo de una claridad azulada y muy viva de unos tres pies de diámetro que se disipó entre los altos de la gran vela. Todos creyeron que se trataba de un preludio de tempestad, pero esta profecía me resulta inaceptable, ya que el tiempo era excesivamente malo como para poder pensar en algo peor… (Revista Karukinka N°12).
El hecho que alimentó todo tipo de comentarios entre los marineros se reiteró días después: el “2 de junio se repitió un fenómeno parecido…” La mención al fuego de San Telmo se refiere a una descarga electroluminiscente provocada por la ionización del aire dentro del campo eléctrico que originan las tormentas eléctricas.
Frazier había partido de Saint –Malo en noviembre de 1711 y la observación del fenómeno se produjo en las proximidades de las islas Barnevelt, que integran el archipiélago Hermitte, al sudeste del cabo de Hornos. El marino francés realizó aportes cartográficos de importancia que fueron utilizados por los que lo sucedieron en la intrépida navegación de la confluencia de los dos océanos.
Este tipo de sucesos se reiteraron con relativa frecuencia en la zona austral y alimentó todo tipo de conjeturas sobre los orígenes del fenómeno. Algunos llegaron a vincular el hecho con la irrupción en el espacio aéreo de naves extraterrestres, otros intentaron hallar explicaciones científicas, pero en la mayoría de los casos quedaron bajo un halo de misterio e interrogantes.

Autor : Bernardo Veksler
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