omo parte de la fiesta patria, se inaugura el hospital de Río Grande, que estaba ubicado en la casa de la familia Bilbao. Se lo denomina Centro de Higiene Maternal e Infantil y queda a cargo del doctor Salvador José Ricardo Serpa, a quien secundan Antonio Cabezas como enfermero y Catalina Pericic como mucama.
La puesta en funcionamiento generó una novedad importante para los pobladores.
Hasta entonces, la asistencia sanitaria en la ciudad se cubría con la Sala de Primeros Auxilios del frigorífico, cuyo director era el doctor Eduardo Brotsinki. Para los casos de urgencia se requeriría la ambulancia de la Cruz Roja de Porvenir. La mayoría de los pacientes se trasladaban a Punta Arenas.
El escritor e historiador Carlos Ratier recordó la situación sanitaria de esos años: “Finalizaba el año 1938 y Río Grande aún no contaba con servicios médicos, ni un centro asistencial para atender la enfermedad. En casos de emergencia o consultas por afecciones leves, los vecinos debían cruzar el río apelando al servicio de boteros para llegar hasta la Sala de Primeros Auxilios del Frigorífico, donde además de un médico permanente se contaba con un enfermero o dos, según el ritmo del establecimiento y la cantidad de personal ocupado en el mismo. Este servicio asistencial comenzó a prestarse a partir de 1920 y si bien las prestaciones eran mínimas y precarias, era algo importante con que los pobladores contaban. Se sucedieron en esta función los doctores Ronsisky, Otero, Barabino, Goytisolo, Pacheco y Feuillade”.
Ese servicio sanitario tenía limitaciones, “su capacidad física ya era insuficiente para la asistencia de un pueblo constituido por unas 250 familias permanentes, sin contar con el personal del Frigorífico, sus familiares y la atención de los establecimientos ganaderos, en las que también habían matrimonios jóvenes”.
Los vecinos tomaron iniciativas junto a la Comisión de Fomento y acordaron que se utilizaría la vieja casa de Francisco Bilbao, que se adecuaría para su nuevo cometido. Luego le enviaron el expediente a la Gobernación para su aprobación.
En la década del ´60 se inauguró el Nuevo Hospital Rural, con 39 camas, siendo uno de los primeros directores el doctor Carlos Pacheco. Las guardias eran pasivas, y las cumplían los médicos “Ferrá, Penazzo y «ad honorem» Feuillade, el médico de Marina y de Y.P.F.”.
