ste día, la embajada británica en Buenos Aires hace llegar al Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto “dos ejemplares de un mapa y de su respectivo manual sobre el Antártico publicado por el Commonwealth de Australia con la Península Antártica ubicada enfáticamente bajo soberanía británica” (Pablo Fontana. La pugna antártica).
Luego del estupor que ocasionó el documento inglés, se produjeron sucesivas reacciones de rechazo de la cancillería argentina y de la chilena. “Los argentinos respondieron el 23 de agosto con una protesta a la embajada británica y con la publicación de un mapa en escala 1:2.500.000 confeccionado por el Instituto Geográfico Militar argentino, en el que se incluía bajo soberanía argentina el sector antártico entre los meridianos 25° y 74° Oeste, desde el paralelo 60° Sur hasta el Polo Sur”.
La difusión de esta respuesta argentina, provocó, a su vez, “la protesta del gobierno chileno. Aguirre Cerda, presidente de Chile, respondió el 6 de noviembre de 1940 emitiendo un Decreto que establecía los límites del Territorio Antártico Chileno entre los meridianos 90° y 53° Oeste y dejaba afuera a las Islas Orcadas del Sur. Sin embargo, por canales diplomáticos, el gobierno chileno aclaraba al argentino que lo hacía por sugestión de Estados Unidos y para evitar que se adelante Gran Bretaña, además de que respetaría los derechos argentinos”.
No obstante, el “3 de marzo de 1942 el gobierno chileno emitió una protesta en relación al mapa argentino. Según Eugenio Genest, ex jefe del departamento de política del Instituto Antártico Argentino, el reclamo territorial chileno se había realizado en parte por sugerencia del gobierno estadounidense, a partir de motivos similares a la sugerencia británica que había motivado el reclamo noruego: el peligro de la expansión nazi en la Antártida”, de la que se tenía serios indicios.
Las fuentes diplomáticas consideraron que el hecho de que Washington no haya realizado “la misma sugerencia al gobierno argentino puede suponerse, como lo hace el Dr. Genest, que lo consideraban cercano al gobierno alemán”.
Otros analistas razonaron “que la principal causa haya sido la disputa territorial que Argentina mantenía con el Reino Unido” y que el reclamo chileno “se debió a una traducción errónea” de una carta de EEUU “que hablaba de una Antártida Americana”.
