ste día, se conoce el dictamen elaborado por el perito ingeniero Valentín Virasoro, quien presenta a las autoridades un extenso y exhaustivo trabajo cuya conclusión es que la mensura efectuada por el agrimensor Julio V. Díaz en la zona norte de Tierra del Fuego “no ha sido hecha con la competencia y seriedad indispensables”. De esta manera, se confirman las presunciones de que el trazado y amojonamiento no fue realizado, y la mensura presentada por Díaz no había tenido el desenvolvimiento adecuado en el trabajo de campo requerido en su contratación.
El agrimensor, luego de una licitación, había sido contratado para mensurar quinientas leguas cuadradas kilométricas, con el propósito de ser ofrecidas para su colonización.
El plan había sido presentado por el gobierno del presidente Miguel Juárez Celman bajo la cobertura de un gigantesco y audaz plan de colonización, que abarcaba también a los territorios de Formosa, Chaco, Pampa Central, Río Negro, Chubut y Santa Cruz. La verdadera razón que encubría el proyecto era una gigantesca enajenación de tierra pública, que sería ofrecida en distintos países de Europa, con el fin de poder cubrir los enormes déficits presupuestarios que se habían originado durante ese gobierno.
Díaz comenzó su trabajo junto a tres técnicos, veinticinco peones, un fotógrafo y un mecánico. Para su movilidad contaban con treinta mulas y caballos, un breck y un carro. El agrimensor comenzó su labor en territorio fueguino el 8 de marzo de 1890 y el 24 de julio del mismo año ya estaba de regreso en Buenos Aires. Ese breve lapso de desarrollo del trabajo de campo despertó numerosas sospechas, al ser considerado extremadamente exiguo para llevar a cabo la misión propuesta.
Desde el mismo momento del retorno de Díaz, comenzaron a circular versiones y denuncias de fraude que originaron polémicas que se ventilaron en los diarios de la época. Ese estado deliberativo impulsó la investigación de Virasoro que culminó en la fecha recordada.
Finalmente, Díaz fue condenado a dos años de trabajos forzados, por haber fraguado mensuras y planos y haber incurrido en el delito de falsedad; en cambio el juez no admitió la acusación del fiscal de estafa, que habría triplicado el período de la condena.
Este escándalo, inauguró una larga cadena de hechos de corrupción que marcaron la historia fueguina.
