ste día, el gobernador de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas, firma las instrucciones a las que debía ajustarse el comandante político y militar de las islas Malvinas, capitán de artillería Esteban Francisco Mestivier, para el desenvolvimiento de sus funciones en el archipiélago y las aguas jurisdiccionales. Mestivier había sido nombrado cuatro días antes en reemplazo de Luis Vernet.
El documento instructivo establecía que el teniente coronel José María Pinedo, a cargo de la goleta Sarandí, debía trasladarlo, ponerlo en funciones y aprovisionar regularmente a la comandancia.
Específicamente, ordenaba a Mestivier llevar a cabo “un inventario detallado del Armamento, Municiones y demás Artículos de guerra que allí existan” (Ernesto J. Fitte. Crónicas del Atlántico Sur).
En otro punto, le imponía garantizar “cuanto crea conducente a su defensa, seguridad del Puerto y ventajas del Establecimiento, comunicando al Ministerio (de Guerra) todas las observaciones que considere interesante”.
Más adelante, enumeraba una serie de medidas para el desarrollo de las islas: “pondrá todo esmero en que los habitantes se dediquen a la siembra de maíz, papa, porotos y otros vegetales (y plantío de árboles) que se den bien en aquel clima, y que hagan más abundante y agradable el rancho de la tropa”. Esta directiva se proponía “que el trabajo moderado en que se ocupa, contribuirá necesariamente a robustecer su salud, y a distraerla del ocio, que es tan perjudicial a la buena disciplina y moral del soldado”.
En cuanto a los pobladores, les dará a cada uno “cuatro vacas lecheras con su crías, y dos novillos que amansados puedan servir a la labranza de tierras”.
También, planteaba que se debía “hacer respetar los derechos de la República en aquellas Costas y en sus playas para que a nadie se permita matar anfibios en ellas, ni beneficiarlos en tierras…”
En cuanto a la defensa, el instructivo sostenía: “En el caso inesperado de ser atacado el Punto que manda hará la resistencia que se espera de su honor y conocimiento para dejar bien puesto el honor de la República y lo que corresponda a la fuerza que está a sus órdenes (…) El plan para la operación que queda indicada deberá tenerlo concertado de antemano con el Comandante de la Goleta Sarandí”.
