l hermano de Claudio Prada, el hombre al que asesinaron en Ushuaia en 2009 en medio de una trama de sicarios y droga, le pidió a la Justicia “poder cerrar este capítulo en la vida de nuestra familia” a través del juicio oral y público al considerado “autor intelectual” del crimen, Diego “el diente” Pérez, a la vez que denunció una “estrategia” de la defensa del acusado para dilatar la realización de ese proceso.
Cristian Prada, que además es abogado querellante en la causa, se mostró molesto por el hecho de que a un año de la detención de Pérez, que estuvo 7 años prófugo, el caso no tiene fecha de juicio y tampoco un tribunal constituido.
“Llevamos 7 años, dos juicio orales, y seguimos caminando por tribunales y esperando. Me parece que es hora de terminar con todo ésto”, sostuvo el letrado en dialogo con EDFM.
Prada recordó que el próximo 21 de noviembre se cumple un año desde la detención de Pérez, y ese día habría que liberarlo si todavía no hay una condena.
“Se había constituido un tribunal y se tuvo que recusar a un juez porque supuestamente había intervenido antes. Ahora hay que designar a otro y así estamos”, señaló el abogado en relación al juez de Familia Alejandro Ferretto, recusado por la defensa del acusado, porque durante la instrucción de la causa intervino rechazando la incorporación de un testigo.
“Nosotros no estamos de acuerdo con la decisión que tomó el Superior Tribunal de apartar al juez, pero hay que respetarla. Entendemos que existe una estrategia de la defensa de dilatar el juicio para lograr la libertad aunque sea provisoria de Pérez. Por eso solicitaron varias veces ampliar la declaración indagatoria y después solo presentaron escritos”, sostuvo Cristina Prada.
También recordó que Pérez “estuvo 7 años burlándose de la Justicia, de mi familia y de Interpol. Lo encontraron en Brasil donde no hay convenio bilateral para buscar a personas”, indicó.
Sobre su participación en el crimen, Prada dijo que “la vinculación con los ya condenados en la causa, es palmaria. Existen escuchas telefónicas, antes y después del homicidio. Pensamos que el juicio, ahora, va a ser más rápido, porque no vamos a permitir que se debatan cosas juzgadas”.
“El homicidio genera un montón de sensaciones que no se olvidan nunca: en los cumpleaños, en las reuniones familiares, siempre está presente esta situación”, agregó el letrado.
También dijo que a su hermano “lo cazaron como a un animal. Lo siguieron, lo asediaron, lo señalaron y lo mataron de una manera salvaje. Todo eso llevó a que el caso generara miedo. En Ushuaia no son comunes los crímenes así. Además hubo muchas amenazas. Testigos que hablaron en el primer juicio y no en el segundo. Llamadas telefónicas a mí ya mi familia. Nos decían que teníamos tres cajones en la puerta de nuestras casas. Tuve que mudarme a raíz de eso. Por eso es muy difícil seguir esperando. Se tiene que terminar todo lo antes posible”, exigió el hermano de la víctima.
El Tribunal Oral en lo Criminal de Ushuaia condenó por el homicidio, en agosto de 2013, a Gustavo y Maximiliano Farías, y a Héctor Omar Caraffa.
En el juicio se probó que Prada halló un cargamento de droga oculto en el barco que trasladaba a Europa en junio de 2008, y que decidió ocultarlo en una playa próxima a Porto Seguro, en Brasil, para luego contactar a su “amigo de la infancia en Ushuaia”, Pérez, a quien le solicitó que “ubicara” el estupefaciente.
Por su parte la jueza María Cristina Barrionuevo concluyó que Pérez no le entregó a Prada el dinero convenido por la droga, y que ello generó una situación de tensión porque la víctima del crimen comenzó a comentar lo ocurrido en los círculos de amigos que ambos frecuentaban.
Según la valoración preliminar de la Justicia, Pérez contrató a los sicarios para que vinieran a Ushuaia a matar a Prada, a quien le dispararon un tiro en la cabeza el 19 de junio de 2009 a las 7 de la mañana.
“La muerte de Prada fue el resultado de una serie concatenada de circunstancias directamente vinculadas a la comercialización de la droga hallada por la víctima en el velero”, aseveró la magistrada.
