El ex segundo jefe de la ESMA durante la dictadura militar

Plantean dudas sobre la muerte de Vildoza, el represor que habría vivido en Ushuaia

Interpol informó el viernes que el ex capitán de Navío acusado de múltiples delitos de lesa humanidad murió en Sudáfrica en 2005. Pero familiares de desaparecidos dicen que el deceso no puede probarse porque el cuerpo fue cremado y no hay forma de hacer pruebas de ADN. Sospechan una maniobra para habilitar la sucesión de los bienes del ex militar y aprovecharse de la vigencia de la ley de blanqueo de capitales.
17/10/2016
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amiliares de desaparecidos durante la dictadura militar pusieron en duda el fallecimiento del ex Capitán de Navío Jorge Raúl Vildoza, segundo jefe de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) y prófugo de la Justicia desde 1986, de quien se sospecha que vivió en Ushuaia en 2001 y manejó negocios vinculados con los juegos de azar.
La información sobre la muerte de Vildoza en Sudáfrica fue divulgada por Interpol y transmitida oficialmente a la Justicia argentina en las últimas horas, pero en realidad se trata de una confirmación de identidad que no demuestra la muerte del represor, según interpretaron los familiares.
Carlos Viñas es el hermano de Cecilia Viñas, una mujer desaparecida que incluso siguió en cautiverio tras el regreso de la democracia en 1983.
La dictadura secuestró también a la pareja de Viñas, Hugo Penino, y al hijo de ambos recién nacido, que fue apropiado por el matrimonio que conformaban Vildoza y su mujer, Ana María Grimaldos.
El hijo recuperó su verdadera identidad en 1998 pero igual continúa emparentado con su familia de apropiadores y actualmente vive en Londres.
Según recordó Carlos Viñas, cuando Grimaldos fue detenida y juzgada en 2014, declaró que Vildoza había muerto el 27 de mayo de 2005 en Johannesburgo, bajo la identidad falsa de Roberto Sedano.
Viñas sostuvo que Interpol verificó que las huellas digitales del documento de Sedano (es decir, de Vildoza) son las mismas que obran en el expediente del represor en Buenos Aires.
“Como además dicen que el cuerpo fue cremado y no se puede hacer la exhumación ni una extracción de ADN, no se puede constatar que efectivamente haya fallecido”, razonó el hombre en dialogo con EDFM.
También consideró que “el cambio de la política de derechos humanos a partir de la asunción del nuevo gobierno nacional, ha hecho que esta gente tenga más recursos y posibilidades. No me extrañaría que esta noticia se relacione con la ley vigente de blanqueo de capitales y con la necesidad de habilitar los procesos de sucesión y de traspaso de bienes mal habidos porque fueron expropiados a desaparecidos durante la dictadura”, afirmó.
El nexo entre Vildoza y Tierra del Fuego fue la empresa American Data SA que regenteó los casinos electrónicos Oshowia, en Ushuaia, y Casablanca, en Río Grande. El titular de la firma es Jorge Ernesto Vildoza, uno de los hijos del ex militar prófugo.
El abogado Oscar Beccaluva, quien poseía vínculo estrecho con los Vildoza desde 1995, asesoró a American Data a principios de 2001, cuando el gobierno provincial resolvió no renovar las licencias de los casinos electrónicos.
Ese mismo año, la empresa decidió iniciar una demanda civil al Instituto Provincial de Regulación de Apuestas (IPRA) para reclamar el cobro indebido de cánones, y según sus directivos, le entregó a Beccaluva el importe de la tasa de justicia, unos 34 mil pesos.
Siempre según la empresa, el abogado se quedó con el dinero y por eso promovió contra él una demanda penal que tramitó ante el Juzgado de Instrucción de Segunda nominación a cargo de la jueza María Cristina Barrionuevo.
Beccaluva fue indagado por la presunta sustracción del dinero el 28 de abril de 2006, y además de negar los cargos que se le atribuían brindó un pormenorizado detalle sobre las supuestas actividades de la familia Vildoza en Ushuaia, e incluso relató que en abril de 2001 participó de una reunión en la capital fueguina donde estuvo presente el ex Capitán de Navío. Contó que habló con él en varias oportunidades y que hasta se enteró de que vivía en la ciudad, en un departamento de la calle Deloqui.
En su declaración, Beccaluva involucró también a dos abogados del fuero local, a quienes acusó de encubrir a Vildoza.
Los dichos del abogado, que años después falleció en Misiones, dieron lugar al inicio de una causa judicial que nunca demostró si el represor vivió o no en Tierra del Fuego.

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