La Guerra de la Oreja genera un plan inglés de atacar el sur
El 19 de octubre de 1739

La Guerra de la Oreja genera un plan inglés de atacar el sur

19/10/2016
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ste día, Gran Bretaña declara la guerra a España, debido a que el corsario Robert Jenkins, al ser sorprendido contrabandeando en Cuba, un español le cortó una oreja. Jenkins, al intervenir en el parlamento británico, “presentó su propia oreja conservada en un frasco” y repitió lo dicho por su captor: “Ve y dile a tu Rey que lo mismo haré si a lo mismo se atreve”. Por esa razón, fue conocida como La Guerra de la Oreja (J. Bulkeley y J. Cummins. Un viaje a los mares del sur en los años 1740-41).
El Almirantazgo británico convocó al navegante George Anson para comunicarle sus planes secretos, que tenía dos fines: invadir Filipinas, para apoderarse de uno de los centros comerciales hispanos en el Lejano Oriente, y dirigirse hacia los pasos australes para atacar los puertos del sur y la flota española del Pacífico. Luego, el primer objetivo fue descartado y toda la potencia del ataque se concentró en el segundo.
Anson logró conformar una escuadra y partir, el 10 de enero de 1740, al frente de seis navíos y 1440 hombres. Pero, las penurias de la navegación austral hicieron estragos en las naves y en los marinos, afectados por enfermedades. Al cruzar el cabo de Hornos, dos barcos desertaron y el resto de la flota se dispersó.
Una de las tragedias destacadas fue protagonizada por el navío Wager, que integraba la flota. Que, desorientado por las escasas cartas de navegación existentes, se adentró en el golfo de Penas y un temporal le impidió hacer la “maniobra adecuada” y “la nave fue arrastrada peligrosamente hacia una de las islas (...) Finalmente, ya pasadas las cuatro de la madrugada, una gran ola la arrojó “sobre las rocas costeras. Por más de dos horas la nave fue pasando de roca en roca en la más completa oscuridad  (…) cuando ésta ya estaba a punto de hundirse, milagrosamente una gran ola la depositó sobre dos grandes peñascos que la mantuvieron varada en superficie y totalmente estática”.    
El caos provocado por el naufragio, indujo a los tripulantes a un consumo alcohólico desenfrenado durante varios días. Luego, debieron agudizar el ingenio para llegar a tierra firme e intentar salvarse, cuestión que demandó sacrificios inusitados y cuantiosas pérdidas humanas.
No obstante, con otro navío, Anson pudo circunnavegar el planeta y al regresar a Londres fue recibido como un héroe.

Autor : Bernardo Veksler
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