a empresa Volkswagen de Australia entrega una unidad del vehículo conocido popularmente como “Escarabajo” a la base antártica Mawson, de ese país. El automóvil se ganó el apodo de “Terror Rojo” por el color que habían escogido para facilitar su ubicación en medio del habitual manto blanco que cubre el paisaje antártico.
El personal de la base, ubicada en la desolada costa de la Tierra de Mac Robertson, estaba buscando un vehículo barato que complementara a las motonieves con las que contaban para desplazarse. Se pusieron en contacto con la sucursal australiana de la empresa para solicitarles su colaboración. En aquella época la terminal enfatizaba en su publicidad sobre el funcionamiento de sus vehículos en condiciones adversas. Los directivos de marketing aprovecharon la ocasión y enviaron un “Escarabajo” gratis, junto con una cámara de fotos y otra de vídeo y suficientes suministros de material y repuestos.
El pequeño auto funcionó perfectamente. “Arrancaba sin problemas a treinta grados bajo cero, y se llegó a usar a temperaturas por debajo de los cincuenta grados negativos. Algunas pequeñas modificaciones en la batería (llevaba dos, una para arrancar y otra para circular) y en los neumáticos le permitieron recorrer distancias respetables alrededor de la base (…) Algunos problemas menores, como los destrozos que el viento provocaba en las puertas al cerrarlas o abrirlas de manera violentísima, se arreglaron sobre la marcha, al igual que los frecuentes pinchazos y reventones de los neumáticos” (Fronteras. Blog de WordPress.com).
Luego de permanecer un año en la base, el vehículo regresó y participó de un rally alrededor de Australia que lo tuvo entre los ganadores.
A la base de Mawson llegó otra unidad similar, esta vez pintada de naranja. La matrícula, correlativa con la de su antecesor, fue inscripta como “Antarctica 2″, siendo las dos primeras matrículas utilizadas en el continente blanco.
“Este segundo vehículo permanecería en la base hasta 1969, cuando fue devuelto a Australia para su aprovechamiento por parte del departamento publicitario de la Volkswagen. Todavía habría un tercer escarabajo antártico, aunque su final fue algo triste: acabó engullido por el mar al quebrarse una placa de hielo bajo sus ruedas. A partir de ahí se les pierde la pista a los dos Escarabajos originales, y se desconoce su paradero hasta hoy” (op. cit.)
