Loberos exterminan 1.200.000  lobos marinos en la temporada
El 13 de marzo de 1822

Loberos exterminan 1.200.000 lobos marinos en la temporada

13/03/2017
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n la temporada de este año, según los cálculos de James Weddell, los loberos extrajeron 1.200.000 pieles de lobos marinos, en las colonias de las islas y costas del Atlántico Sur. Este gigantesco exterminio “significó la virtual extinción de la especie”. El descubrimiento de los mares aledaños a la Antártida “constituyó el inicio de un ciclo que culminó con la depredación de focas y lobos marinos en la región. Según investigaciones practicadas, entre 1819 y 1824 se desarrollaron cinco temporadas de intensa y devastadora cacería de focas antárticas” (Cristina Montalbán y Ricardo Capdevila. Revista Fuego N°3).
Aunque con menos recursos disponibles, los navíos originados en el río de la Plata también participaron del aprovechamiento de la caza de lobos marinos. “La prueba principal la constituían los excepcionales volúmenes de captura, como los registrados por buques “Pescadora Director”, propiedad de Juan Pedro Aguirre, o el de la polacra “San Juan Nepomuceno”, que ingresó al puerto bonaerense en febrero de 1820 con más de 14.000 cueros. Podemos agregar además que el citado Aguirre había solicitado –el 18 de febrero de 1818- al consulado de Buenos Aires la autorización de una factoría foquera y ballenera, en las islas que él designaba como ´próximas al Polo Sud´” (op. cit.).
Estas matanzas produjeron una disminución temporal de la actividad de los loberos. Pero “entre 1842 y 1848 se podría ubicar un breve renacimiento de la actividad foquera. A partir de 1874, con las expediciones enviadas desde Stonington, durante las temporadas de verano, que concluyen en 1889, los foqueros norteamericanos –a los se unió un importante número de buques de Nueva Escocia- restablecieron la actividad en un nivel que comprometió las posibilidades de recuperación de la densidad poblacional de estos animales”.
Esta momentánea reactivación de la cacería de lobos marinos no perduró. El exterminio sufrido por la especie fue un impacto de imposible recuperación y los cazadores comenzaron a poner la mira en las abundantes ballenas, que pasaron a ser el nuevo objeto depredador de navegantes europeos y norteamericanos.
En el Atlántico Sur se encontraba, entre otras, la famosa ballena azul de 150 toneladas de peso. En 1912 varó en Grytviken –Georgias del Sur- el mayor cetáceo que haya sido capturado: la ballena azul medía 33,58 metros.

Autor : Bernardo Veksler
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