Ante el acoso británico el jefe alemán decide hundir su navío
El 14 de marzo de 1915

Ante el acoso británico el jefe alemán decide hundir su navío

14/03/2017
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uego de haber logrado eludir la persecución de una escuadra británica durante varios meses, el comandante del crucero alemán “Dresden” decide hundirlo antes que permitir que lo haga el enemigo.
El incidente se produce en el marco de la Primera Guerra Mundial y la disputa que las potencias europeas sobrellevaban en pos de dominar los pasos interoceánicos.
Un enfrentamiento exitoso alentó un intento alemán de atacar las Malvinas.
En diciembre de 1914, se produjo un enfrentamiento bélico en las inmediaciones de las islas y los alemanes salieron derrotados por la notoria superioridad de la flota inglesa, sólo el “Dresden” pudo eludir la persecución, gracias a que fue ocultado por una ráfaga de viento y lluvia.
Al agotarse el carbón, el capitán no tuvo otra alternativa que acercarse a Tierra del Fuego. Rodeó el cabo de Hornos para evitar el estrecho de Magallanes, que estaba bajo el dominio británico. Alcanzó la costa occidental de la isla Grande y arribó a Punta Arenas, donde existían contactos alemanes.
Sin obtener un aprovisionamiento completo, el “Dresden” partió hacia alta mar, por algunos informes que daban cuenta de la proximidad de una flota inglesa. Apenas unas horas después entraban al puerto magallánico tres poderosos barcos del Reino Unido.
Mientras los británicos ofrecían importantes sumas de dinero en recompensa por la detección del crucero alemán, este, fondeaba en la bahía Hewett, en el nexo entre los canales Bárbara y González. Allí contó con la colaboración de algunos miembros de la colectividad que le aportaron provisiones.
El logro de abastecer al Dresden fue una verdadera proeza al tener que sortear el acoso inglés. El profundo conocimiento de los canales magallánicos de algunos pobladores permitió el acercamiento de un buque de carga y luego la evasión de la zona de riesgo, gracias a las continuas nevadas que reducían notablemente la visibilidad. El aporte de navegantes locales posibilitó la navegación por canales inexplorados.
Recién en marzo los británicos pudieron ubicarlo en el océano Pacífico.  El “Kent” y los cruceros “Glasgow” y “Orama” lo encontraron en la bahía Cumberland de la isla Juan Fernández, en donde, anclado e inmóvil, se constituyó en un blanco impotente frente a los proyectiles de los ingleses y originó la iniciativa del comandante alemán.

Autor : Bernardo Veksler
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