n la edición de este día, el periódico “Esquel” hace referencia a la finalización de la estadía en la localidad del Teatro Escuela Fray Mocho. Sus actuaciones merecieron elogiosos comentarios: “Su brevísima permanencia en nuestro medio deja un gratísimo recuerdo. Dos cualidades de Fray Mocho han constituido esa impresión: la artística, de alta jerarquía tanto en lo que hace a la labor de los intérpretes –individual y de conjunto- , como al criterio que rige la elección de las obras; y en lo personal”, por los vínculos amistosos que supieron cosechar durante su visita a la ciudad. La compañía retornó a Bariloche, luego de alcanzar el punto más austral de su gira.
“La estadía en Esquel duró solamente cuatro días, pero el registro del Diario de Gira tiene pocas páginas tan cargadas de agradecimiento y de alegrías compartidas para una sola localidad”, señala la página web creada para destacar el emprendimiento que no tiene parangón “en toda Hispanoamérica de que un teatro de estas características haya realizado una gira tan extensa, en distancias y días”.
Eran tiempos duros para llevar a cabo esas recorridas artísticas. El diario de la compañía así lo dejó testimoniado: “Como todas las poblaciones patagónicas visitadas, el asfalto aún no había llegado a cubrir el polvo y el ripio de las calles. El viento soplaba a veces diez o quince días seguidos generando no solo inconvenientes físicos sino también psíquicos en los recién llegados de lugares en donde tal evento no era posible imaginar”.
El director era Oscar Ferrigno, y fue acompañado por Antonio Pérez Tersol, Carlota Liacho, Roberto Britos, Nilda Eyras, Helka Ziperovich, Estela Obarrio, Chantal Thomé, Mauricio Farberman, Néstor Raimondi, Roberto Espina, Carlos Pugliese, Irene Schetter y Alberto Panelo.
El propósito de Fray Mocho era buscar “al espectador nativo, virgen de imágenes modernas, para despertar sus emociones con Moliere y Chancerel o con Canal Feijóo y Carlos Pacheco. Y hasta con una pieza del lejanísimo, en el tiempo y la distancia, teatro nöh japonés”. Sólo con la enorme vocación del elenco se hacía posible minimizar el enorme sacrificio de salir a la aventura en esas condiciones extremas.
La “Primer Gira Nacional de Investigación y Divulgación Teatral” había comenzado, un mes antes, en Cutral – Co y llegó a recorrer 14.202 kilómetros durante todo un año.
