na réplica exacta del histórico Cabildo de la Plaza de Mayo se hace visible en la céntrica avenida Perito Moreno, de la ciudad de Río Grande, y no deja de sorprender a los fueguinos.
El proyecto fue propiciado por el empresario Hugo Fernández, quien sostuvo que la idea se disparó con “la posibilidad de contar con los planos originales del Cabildo” a través de las gestiones realizadas con el entonces secretario de Cultura de la Nación José María Castiñeira de Dios.
La obra estuvo a cargo de los arquitectos José Guardabassi y David Splendiani, que erigieron una estructura tubular, que dio sustento a paredes de aglomerado, pisos de madera y la instalación de una cúpula metálica de alrededor de doscientos kilos. Según los impulsores de la idea, el costo orilló los 140 mil dólares.
Para la construcción de la réplica del histórico monumento, de veinticinco metros de frente por seis metros de fondo, se emplearon 83 metros cúbicos de hormigón armado, unas 40 toneladas de hierro, unos quince mil pies cuadrados de maderas y 480 placas de aglomerado para revestir la estructura, según informaron los arquitectos. Para los portales, ventanas y adornos se consumieron dos mil trescientos kilos de hierro forjado; además doscientos metros cuadrados de vidrios, 150 metros de alfombras y 48 trabajadores dedicaron a la obra más de 17 mil horas- hombre.
La inauguración oficial se efectuó el 25 de mayo, con un desfile inédito en la provincia, donde participaron diversas unidades militares y policiales de la provincia, un batallón del Regimiento de Patricios con sus uniformes típicos y delegaciones escolares de todas las escuelas locales y contingentes de Ushuaia y Tolhuin. Se estimó en unas cuatro mil personas las que participaron del desfile y la concurrencia, según los diarios de la época, alcanzó a unas quince mil personas.
Desde los balcones del Cabildo presidieron el desfile el gobernador José Estabillo, el intendente de Ushuaia Mario Daniele y el jefe del gobierno local Jorge Colazo, quien pronunció el discurso inaugural.
Pero el Cabildo no duró mucho, en sus pocos meses de vida generó todo tipo de dudas y suspicacias sobre las verdaderas intenciones de los que propiciaron la obra.
Finalmente, unos sesenta días después, de la estructura no quedó nada y de la pompa del acto inaugural sólo algunos borrosos recuerdos.
