ste día, la teniente Mariela Santamaría, piloto de la Fuerza Aérea Argentina, se convierte en la primera mujer en aterrizar con una aeronave militar en el territorio antártico. Su misión era transportar provisiones y encomiendas para el personal residente en las bases antárticas Jubany y Esperanza durante el período invernal.
Mariela Santamaría tenía entonces 27 años. Había ingresado a la escuela de aviación en 2002 y egresó dos años después como oficial, siendo destinada para integrar la oficialidad de la base aérea de Comodoro Rivadavia. Fue la primera mujer piloto de su escuadrón y la segunda piloto que se desempeñó en la Fuerza Aérea Argentina.
Al momento de protagonizar este acontecimiento histórico, desde hacía un mes se encontraba cumpliendo con la campaña antártica, conformando la dotación de la base Marambio. Esta campaña se prolongaría durante un período de tres a cuatro meses, coincidente con el momento de mayor aislamiento de la bases y el personal antártico, y cuando las operaciones aéreas presentan mayores dificultades y riesgos.
Durante la campaña, en plena época invernal, la Fuerza Aérea Argentina tiene la responsabilidad de cumplir las funciones de enlace y abastecimiento logístico entre las bases permanentes instaladas en la Antártida. Todas esas operaciones eran realizadas con un avión Twin Otter y en la campaña antártica de ese año fue conducido, entre otros pilotos, por esta joven oficial.
Al difundirse esta noticia, la teniente Santamaría fue entrevistada por Radio Fueguina, en el diálogo que sostuvo narró los momentos experimentados en el continente blanco e hizo declaraciones referidas a la presencia femenina dentro de un contingente militar mayoritariamente masculino: “es muy buena la convivencia y la dotación es excelente, se puede trabajar tranquila y en equipo” y añadió “esto es gratificante y como experiencia personal es muy buena”.
Mariela Santamaría preveía que al finalizar su campaña antártica, presuntamente en el mes de noviembre, iba a regresar a su destino en la base aérea de Comodoro Rivadavia. A partir de ese momento, proyectaba desarrollar su carrera dedicándose al adiestramiento en sistemas más complejos, como los que tiene el instrumental de los aviones Hércules y F-28 que posee la Fuerza Aérea Argentina (tdfnews.com.ar).
