Disgusto de británicos por nativos que cobran sus productos
El 29 de agosto de 1741

Disgusto de británicos por nativos que cobran sus productos

29/08/2017
L

os tripulantes de la fragata británica “HMS Wager” se sorprenden por la actitud de los nativos que toman contacto con ellos este día. Cuando vieron acercarse a “cinco canoas indias cargadas de mejillones; hombres, mujeres, niños, unos cincuenta en total. Estos indios nunca habían estado antes con nosotros y no son generosos y de buen natural como los amigos que ya mencioné. Eran tan mercenarios que no se desprendían siquiera de un solo mejillón si no era a cambio de algo. Su estadía con nosotros fue corta pues a la mañana siguiente botaron sus canoas y se fueron” (John Bulkeley y John Cummins. Un viaje a los mares del sur en los años 1740-41).
En su derrotero en las proximidades de Tierra del Fuego, los británicos habían tomado contacto con otros nativos canoeros. El capitán del “HMS Wager”, a partir de las experiencias anteriores, había caracterizado a los nativos del estrecho de Magallanes: “Allí no puede haber otro enemigo a encontrar que los indios en sus canoas, y a ellos los podemos dominar como nos plazca”. Por esa razón, se sorprendió cuando estos canoeros pretendieron comerciar sus productos.
Los nativos que habían conocido hasta entonces se habían comportado cordialmente con ellos, llevando a cabo sus actividades con total normalidad, con cierta indiferencia ante su presencia, salvo cuando la iniciativa era de los forasteros.
Al momento de ser requeridos sus conocimientos e informaciones sobre cómo obtener fuentes alimenticias, eran generosos en el aporte de datos sobre los sitios de mayor presencia de moluscos y lobos marinos.
El impedimento mayor para los ingleses era que para obtenerlos había que sumergirse y las únicas aptas para hacerlo eran las mujeres canoeras, que habían causado asombro por su resistencia al frío y por el tiempo que permanecían sumergidas. Estos nativos se alejaron rápidamente del lugar cuando percibieron que “algunos de los nuestros quisieron tener algo con sus esposas”, según escribieron los ingleses.
Bulkeley y Cummins participaron con el rango de oficiales, en sus roles de artillero y carpintero, en la trágica expedición de la fragata británica “HMS Wager” y estuvieron entre los pocos que sobrevivieron al naufragio y a las terribles penurias que sufrieron hasta ser rescatados. A su regreso a Londres escribieron sus desventuras como única manera de obtener alguna recompensa por las calamidades vividas.

Autor : Bernardo Veksler
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