El gobernador informa sobre la subsistencia de 155 nativos
El 14 de septiembre de 1912

El gobernador informa sobre la subsistencia de 155 nativos

14/09/2017
E

l gobernador Gabriel Fernández Valdés elabora un informe de ocho carillas, fechado este día, que envía al director general de Territorios Nacionales, Isidoro Ruiz Moreno. Allí, describe la situación en que se desenvuelven los sobrevivientes de los pueblos originarios fueguinos.
“En la actualidad, los indios del territorio no exceden de 155, entre hombres, mujeres y niños y trabajan en los establecimientos de campo, donde se encuentran repartidos más o menos de la siguiente forma: Estancia Sara, 15; Colonos salesianos 26 (contando los recientemente introducidos de la extinguida Misión de la Isla chilena Dawson); Primera y Segunda Argentina, 20; Río del Fuego y Harberton, 47; Cabo San Pablo, 16; Lago Fagnano, 2; Punta Remolino, 18; Ushuaia, 4; Lapataia, 1” (Enrique S. Inda. El exterminio de los onas).
Luego, detalla las cualidades de los nativos que se desempeñan en las estancias: “Hay a más un indio llamado Minquiol y cuatro compañeros que recorren las estancias trabajando como domadores”, y añade: “Generalmente estos indios ganan regulares sueldos y son considerados buenos peones, particularmente como campañistas. Son excelentes rastreadores y para buscar los animales extraviados en el monte poseen un maravilloso instinto, secundado por una vista poderosa y un oído delicadísimo. Estas cualidades vuelven inestimables los servicios de los indígenas en las estancias montuosas, donde son verdaderamente disputados”.
Los elogios son compensados con la mención de algunos vicios de los selk´nam: “Sólo dos causas influyen para que la situación de estos indios no se regularice por completo: sus hábitos nómades hereditarios que los impulsan irresistiblemente a abandonar los trabajos en ciertas épocas y el hecho que terminadas las faenas ganaderas, los estancieros reducen a un mínimo su personal, dejando sin trabajo a muchos indios, que obligados a vivir de la caza, tienen que recorrer grandes distancias para salir de la región de los campos ocupados donde, naturalmente, no se les permiten sus correrías por las mezclas y otros perjuicios que pueden ocasionar” (op.cit.).   
Mientras los hombres se iban amoldando a las necesidades de mano de obra de los estancieros, el proceso de mestizaje se profundizaba con las mujeres nativas que se integraban en matrimonios con los nuevos contingentes de hombres solos que se afincaron en la isla.

Autor : Bernardo Veksler
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