ste día, es detenido Daniel Harrington, juez de paz de la Colonia José de San Martín, Chubut, por sus vínculos con la banda capitaneada por Ángel Oñate, quien también es detenido. Ambos son conducidos a Rawson por hombres de la policía fronteriza y puestos a disposición del juez letrado. El comisario también es apartado de su cargo.
El ilícito que originó ese desenlace fue consumado en la casa del comerciante Felipe Ardanaz, propietario de varios boliches en la región. Se habían presentado “dos sujetos desconocidos pidiéndole permiso para pernoctar. Una vez que cenaron –Ardanaz vivía solo- fue intimidado con armas de fuego y atado. Se le exigió la entrega de dinero, a lo que accedió, llevándose los desconocidos mercaderías por valor de 400 o 500 pesos” (Ernesto Maggiori. La cruzada patagónica de la policía fronteriza).
En el destacamento policial atribuyeron la autoría a Oñate, “que solía andar por Valle del Genoa. Se había intentado atraparlo y entonces apareció que el caso implicaba al mismo Juez de Paz”.
A la presencia de bandoleros de origen norteamericano, se sumaban las incursiones de numerosos delincuentes que operaban a ambos lados de la frontera, evitando la persecución de los escasos efectivos policiales presentes en el lugar. Por esa razón, fue creada la Policía Fronteriza.
El gobernador chubutense presentó un informe positivo de la lucha contra la inseguridad en la región: “En el hito del río Manso fueron muertos los bandoleros Segundo Soto y Santiago Gómez, por los soldados de la policía fronteriza (…) Declaró además que veinticinco bandidos más, al mando de Juan Duay, se encontraban en Río Pico”.
El diario “La Nación” dio cuenta que los uniformados habían “tomado más de cincuenta bandoleros, algunos verdaderos asesinos, ladrones y violadores y muchos complicados, que el sumario que se instruye esclarecerá la complicidad de cada uno. Hay varios muertos, entre ellos el jefe de bandada, llamado Possa, que debe varias muertes en Chile y aquí. Los muertos son cinco, y entre los tomados presos está el célebre Facundo Bahamonde, que tiene muchas cuentas pendientes en ésta. Treinta y dos bandidos han sido entregados al jefe de Río Negro y veinte están en Cholila, bajo segura custodia. Se les secuestro 630 piezas de correspondencia, 1.614 pesos nacionales, 18 pesos chilenos, recados, ropas y caballos de la compañía Leleque” (op..cit.).
