Encuentran en Puerto Deseado las ruinas del castillo San Carlos
El 31 de octubre de 1931

Encuentran en Puerto Deseado las ruinas del castillo San Carlos

31/10/2017
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e descubren las ruinas del castillo San Carlos y finca de Carlos IV en Puerto Deseado. Las construcciones habían sido erigidas por una expedición española que se proponía desarrollar una factoría en la zona, para explotar la caza de anfibios patagónicos.
El castillo, que fue conocido como el “Fuerte de San Carlos”, se elevaba “presuntuosamente soberbio y perfectamente inútil, un fuerte rectangular dentro de un perímetro de 1025 metros cuadrados. Este fuerte constituía el núcleo defensivo de una población que se levantaba a su derredor. No eran muchos los edificios que proteger, solamente dos. Uno para vivienda de del personal directivo y de gente dedicada a la caza y faena de anfibios y otro destinado exclusivamente a la fábrica de aceite” (Revista Argentina Austral N° 164, febrero de 1945).
El descubridor de las ruinas fue Leoncio Santiago Deodat y, en virtud de sus investigaciones, se pudo precisar que  “Carlos IV, creó en septiembre de 1789 una sociedad anónima por acciones llamada “Real Compañía Marítima”, con el objetivo de cazar ballenas y lobos marinos, salar cueros y fabricar aceite en la costa de la Patagonia”. Con ese propósito, dos meses después, “zarparon de Santander cuatro veleros que arribaron, no sin múltiples dificultades, a Puerto Deseado el 26 de febrero de 1790, trayendo 220 personas. Durante ese año construyeron algunas edificaciones precarias y pequeñas (anteriores a la construcción del fuerte y de la fábrica de aceite) y se abocaron al cultivo de una huerta, pero esta fracasó por las duras condiciones climáticas” (Leoncio Deodat. Descubridor de Historias).
El proyecto se vio afectado por las dificultades para proveerse de alimentos. El déficit de provisiones “trajo como consecuencia el escorbuto. Trece personas murieron, veinticinco más enfermaron y muchos, ante el temor al contagio, prefirieron volver a Buenos Aires”, sólo quedaron unos pocos empeñados en la caza de pingüinos.   
Con algunos altibajos, la producción se mantuvo hasta 1798, cuando una orden real reactivó el proyecto e insufló de los recursos para reflotar la producción. Se procedió a construir el castillo y la finca, que fueron levantados en 1799. Al ser atacada la colonia por una fragata inglesa en 1806 y al enterarse los pobladores de la invasión a Buenos Aires, se puso fin al emprendimiento y se evacuaron a todos los colonos.

Autor : Bernardo Veksler
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