l explorador, británico de nacimiento y residente australiano, Douglas Mawson parte, este día, desde la base establecida en Tierra de la Reina Mary, con el propósito de llevar a cabo una exploración de la Tierra de Jorge V, ubicada a unos trescientos kilómetros en dirección Este desde su punto de partida. Para cumplir con ese objetivo, lo acompañan el geólogo suizo Xavier Mertz y el teniente británico Belgrave Ninnis, llevan tres trineos y cuarenta y ocho perros.
Un mes después, la expedición comenzó a ser acosada por la tragedia. El 14 de diciembre el trineo de Ninnis, el segundo de la fila y portador de la carga de los principales elementos de aprovisionamiento, desapareció en una grieta sin que se pudiese recuperar nada.
Poco después, Mertz enfermó de disentería, y murió el 7 de enero. Mawson debió proseguir solo. Con los pies congelados, cayó en otra grieta, pero pudo salir de ella y llegar, aunque en penosas condiciones, a la costa de la bahía Commonwealth.
El 8 de febrero retornó a su punto de partida. El barco asignado a la expedición ya había zarpado, dejando seis hombres a la espera del retorno de la misión. Aunque se le avisó por radio para que volviese, el mal tiempo lo impidió. El grupo debió esperar un año más para ser recogido y retornar a Australia.
Esta expedición fue una de las más importantes en la historia de la exploración antártica, al poder relevar unos veinte grados de costa y realizar una incursión por el interior de la zona continental de casi quinientos kilómetros, en los que estuvo a punto de alcanzarse el polo sur magnético.
Mawson por estos logros fue considerado como un héroe nacional australiano.
Pero, un siglo después, la hazaña fue alcanzada por el escándalo cuando el historiador David Day publicó un libro donde afirma que Mawson tuvo un tórrido romance con la viuda de su amigo Sir Robert Scott e incursionó en el canibalismo, luego de soportar hambre y tomar la decisión de hervir la carne de su amigo y comerla. Antes, los perros habían servido de sustento alimenticio.
Sobre el romance, en 1916, Day recordó que Mawson fue enviado a la Oficina de Guerra en Londres, y disfrutó de un “verano loco de amor” con Kathleen Scott.
Mawson había rechazado una oferta del capitán Scott a unirse a su malograda expedición en 1910, optando por dirigir una expedición propia.
