ste día, Luis Héctor Salaberry (superior de Punta Arenas) le envía una carta al rector mayor Pablo Albera, planteando que “hasta hace ocho días no conocíamos el contrato que Monseñor nunca quiso mostrarnos, por el contrario nos hizo entender cosas contrarias a la verdad”, haciendo trascender el conflicto desatado en la congregación salesiana austral por el intento de José Fagnano de vender las tierras de la Misión La Candelaria.
Unos meses antes, quien había hecho trascender su angustia por esa decisión fue Juan Zenone, en una carta al mismo destinatario: “Son como veinte años que se trabaja para conseguir el terreno y ahora que falta un año para conseguir la propiedad, ya se hace promesa de venta y a tan poco precio (…) ¿Qué hacemos? ¿Hemos de dar el poder a Monseñor? Le ruego nos consuele en esta pena”. Luego añadió: “Todavía hay 70 indios en la Misión, que no parezca que buscamos dinero y no a los indios”.
La jerarquía salesiana acusaba a los misioneros de pretender “hacerse fuertes con la propiedad que estaba a su nombre”.
“Zenone había llegado para la fundación de La Candelaria y pasó 30 años en Tierra del Fuego. En 1906 es quizás el colono más antiguo de la región. Tal vez por eso fue el más sensible y proactivo ante la crisis demográfica”, que se había desatado entre los fueguinos. Esa dramática disminución de la población nativa “había difundido en las cúpulas salesianas la idea de vender la mayor parte de los terrenos de La Candelaria”. Esto provocó el distanciamiento entre los misioneros que hacían el trabajo de campo y sus superiores. (Joaquín Bascopé Julio Desvíos salesianos. La expedición de 1906 y los misioneros volantes).
La crisis salesiana generó un encuentro, en enero de 1914, en Punta Arenas entre los defensores de las posiciones litigantes, “con Borgatello representando a los salesianos de Río Grande y Zenone como Director de la Misión de Río Fuego”.
Luego de esa reunión, el “terreno se vendió en 96 mil libras esterlinas a los supuestos enemigos de La Candelaria, la familia Menéndez, tras un primer ofrecimiento de Fagnano a Mayer Braun (a quien hubo que indemnizar); todos miembros de "la gran familia histórica" que parecía reafirmar de este modo sus vínculos con los salesianos. Al menos, así lo sugiere la ausencia de este importante episodio en las historias de Belza (1977, 1975 y 1977) y de Bruno (1981)” (op.cit.).
