ldquo;Un barco con 22 millones de dólares en oro habría sido saboteado y hundido a 80 metros de profundidad por su competidor. Si bien el oro fue rescatado en su totalidad desde el fondo del mar por un operativo internacional millonario pagado por la aseguradora de la carga, el barco quedo en el suelo marino y todos perdieron finalmente los jugosos contratos mineros. A casi 2 años del sospechado hundimiento nadie quiere hablar de este acto de piratas” (Primera Agencia Federal de Noticias, 13/12/2010).
El buque carguero “Polar Mist”, de bandera chilena, había zarpado, el 14 de enero, del puerto santacruceño de Punta Quilla con destino a Punta Arenas. Transportaba una valiosa carga de 9,5 toneladas de barras de oro sin refinar.
A pocas horas de zarpar, el navío se encontró con una tormenta que fue empeorando, hasta tener que soportar olas de doce metros y ráfagas de hasta ciento ochenta kilómetros por hora, durante casi un día y medio. El intento de entrar en el estrecho de Magallanes se vio frustrado. Hasta que el capitán irradió la señal de SOS, en la mañana del 16 de enero.
“El rescate estuvo a cargo de un helicóptero Sea King de la Armada Argentina que levantó a la totalidad de la tripulación (8 personas) desde el agua (…) Prefectura Naval Argentina fijó un cerco imaginario sobre el “Polar Mist”, porque su andar errante era peligroso para la navegación en la zona y porque su carga era una tentación”.
La empresa aseguradora “Securus Logistics” organizó el rescate del barco. Pero, no pudo materializarse porque al mediodía del 17 de enero, el barco “Beagle”, sin haberse anunciado previamente, lo estaba remolcando hacia Chile. Cuando Prefectura se dio cuenta, le exigió que lo remolcase a Rio Gallegos. Luego “de varios minutos de tensión y sugestivos silencios de radio, el barco cambió de rumbo y empezó a arrastrar al “Polar Mist” hacia la costa argentina. Pero, “horas después, el Beagle informó que el buque remolcado estaba haciendo agua y que debía cortar el remolque. En la madrugada del 18 de enero” se hundió frente a la costa argentina.
“Las pericias navales solicitadas por la justicia argentina indican que se trato de un naufragio provocado por la mano del hombre” y no por la tormenta que lo castigó.
La investigación periodística citada indicó que el origen del naufragio fue “una guerra de intereses comerciales entre empresas de transporte” (op.cit.).
