Familias selk´nam protagonizan sucesivas cruentas venganzas
El 1 de febrero de 1902

Familias selk´nam protagonizan sucesivas cruentas venganzas

01/02/2018
E

n estos días, se suceden una serie de venganzas entre familias selk´nam, que ocasionan decenas de muertos. A pesar de que durante su paso por Harberton no se produjeron enfrentamientos, se percibía tensión por las matanzas que ya habían acontecido.
“Durante su permanencia allí, se hablaban, comían casi juntos, luchaban entre sí, y si bien se lastimaban, no llegaban a ser peleas a muerte; pero se notaba entre ellos una seriedad, una falta de franqueza, la ausencia completa de toda familiaridad, lo que hacía ver que no se habían olvidado los acontecimientos” ocurridos (Carlos Gallardo. Los onas).
Las familias enfrentadas eran las del “doctor Co” y las del “doctor Yóschken”, ambos contaban con prestigio como poseedores de poderes sobrenaturales.
El primer incidente se había producido, tres años antes, por la muerte por sarampión de un miembro del grupo de Co. Éste, señaló que el deceso fue responsabilidad de Yóschken. El hermano de la víctima organizó la represalia y tendió una emboscada que terminó con la vida de Yóschken y su sobrino, en el invierno de 1900.
La venganza se organizó para la primavera siguiente y acudieron varias decenas de selk´nam dispuestos a cobrarse con la sangre del grupo rival. Los agresores ya poseían al menos dos carabinas.
Al sentirse atacados, se parapetaron detrás de los cueros de las chozas; “pero a pesar de la tenaz resistencia todo fue inútil y tuvieron que huir, dejando muertos cinco hombres y dos muchachos”. Los agresores “se llevaron algunas mujeres cautivas”.
Cuando terminaron las faenas en Harberton, los grupos rivales partieron con destino distinto. En el camino, el grupo de Co se encontró con un chileno que les suministró un par de Winchester y una carabina Remington. Entonces se propusieron buscar a los Yóschken. Al “encontrarlos los atacaron, por la mañana temprano, cuando las mujeres recién se levantaban. Aprovechando la sorpresa y las armas de fuego, mataron a cinco hombres” y a dos criaturas.
Pero, lo más grave ocurrió después, mientras los más jóvenes huían, las mujeres viejas, que se habían instalado en la toldería, despedazaron un cadáver para darle de comer a los perros. Pero, uno de los que huyeron regresó y sorprendió a las ancianas en plena faena, utilizando una carabina mató a siete.
Al regresar a Harberton, muchos heridos, “no se acordaban de sus dolencias, sólo pensaban en la venganza”.

Autor : Bernardo Veksler
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