Llegan las primeras monjas para catequizar a los nativos
El 3 de abril de 1895

Llegan las primeras monjas para catequizar a los nativos

03/04/2018
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ste día, llegan las primeras salesianas para sumarse a la catequización de los selk´nam en la misión de Río Grande. Como parte de la congregación, se suman a la actividad las “Hijas de María Auxiliadora”, con el cargo de sor Luisa Ruffino acompañada por sor Rosita Masobrio, vicaria y cocinera; sor Rosa Gutiérrez, maestra y joven aspirante, bautizada por las monjas con el nombre de María Auxilia, las que fueron recibidas por los nativos con "respeto reverencial y un cierto cual inexplicable cariño", como primer efecto de la presencia femenina en la Misión La Candelaria.
Los meses previos habían sido toda una prueba de paciencia y constancia por parte de los salesianos, con el fin de ganarse la confianza de los acosados selk´nam. A la larga espera por la concurrencia de los nativos a la sede misional, “un día, luego de probar todo tipo de estratagemas "se presentaron en la margen derecha del río, frente a la casita situada a la izquierda, tres sujetos vestidos como cristianos y detrás de ellos otros seis indígenas seguidos de mujeres, niños y una gran cantidad de perros. Se repartieron cobijas y galletas para todos, los que prometieron volver con el grupo mayor al día siguiente, como sucedió conforme a lo relatado por Beauvoir: "Al día siguiente, muy de mañana, vimos descender desde las alturas del río una columna interminable de gente cubierta con pieles de guanaco. . . La desconfianza de todos se transformó en algarabía cuando, tras palabras amistosas, comenzó el reparto: una frazada entera para la gente grande, mitad para los niños y galletas para todos. Poco después, las mujeres se entretenían levantando sus toldos a unos doscientos metros de la Misión. Y, de esta manera, el 25 de marzo de 1894 empezaron los misioneros la catequización en el marco del asentamiento de la Candelaria” (extractado de las Crónicas de la Misión).
La misión comenzó a convertirse en el único lugar seguro para los nativos, ante la sucesión de matanzas que sufrían. Los lazos entre salesianos y selk´nam se fortalecían.
Pero un siniestro vino a afectar ese acercamiento. El 12 de diciembre de 1896, un incendio, en menos de una hora, redujo toda la infraestructura erigida al estado de escombros. La sede a la vera del río Grande terminaba su historia y comenzaba la de la misión establecida en las cercanías del cabo Domingo.

Autor : Bernardo Veksler
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