Empieza la trágica seguidilla de “suicidios del fin del mundo”
El 10 de mayo de 1995

Empieza la trágica seguidilla de “suicidios del fin del mundo”

10/05/2018
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ste día, "por causas que se tratan de establecer", los medios de la ciudad de Las Heras informan que “el cuerpo sin vida de María Eufronia Ritter, de 33 años, madre de tres hijos, había sido encontrado en su domicilio (…) colgada de un alambre” (Diario La Nación, 2/10/2005).
Fue el primer registro de una serie de suicidios que alcanzó repercusión nacional por la llamativa reiteración de esas decisiones tomadas por personas jóvenes. Unas semanas después, Liliana Patricia Rojas, 20 años, casada con un trabajador petrolero, se disparó un tiro en la sien derecha. “Honda consternación, trágica noticia, toda una vida por delante, pero nadie hizo nada”.
Pero, la tragedia recrudeció, “entre noviembre de 1997 y el último día de 1999 se suicidaron en Las Heras 12 hombres y mujeres. Once de ellos tenían una edad promedio de 25 años y eran habitantes emblemáticos de la ciudad, hijos de familias modestas pero tradicionales: el bañero, el mejor jinete de la provincia, el huérfano criado por sus tías y sus abuelos”.
El 31 de diciembre de 1999 se completó la trágica lista. En medio de los festejos, banquetes y abundante consumo alcohólico,  “Juan Gutiérrez, 27 años, soltero, sin hijos, buen jugador de fútbol”, no pudo verificar si los estremecedores augurios del fin del milenio se verían o no confirmados.
Fue a visitar su madre, con “gestos de alguien que planea seguir vivo: pidió comida, comió. Después, enfurecido, salió a la calle”. Su madre lo vio al doblar la esquina. Poco después, su cuerpo inerte “pendía de un cable de la luz, en plena calle”. Una muerte más, que terminó por acostumbrar a los vecinos.
A pesar de la magnitud del suceso, la lista oficial de los muertos nunca fue publicada. “Ni el Municipio ni el Hospital ni el Registro Civil creyeron necesario reconstruirla y entonces todos inventan: fueron 22 en menos de un año, fueron 19 en dos años y pico, fueron tres y la gente exagera”.
La periodista Leila Guerriero investigó el caso y dio origen al libro “Los suicidas del fin del mundo”, que fue la fuente de los testimonios reproducidos por el artículo citado. En el texto, relató “la historia de esas muertes, pero también, y sobre todo, la de un pueblo olvidado en el que el aislamiento, el clima hostil, la falta de futuro para los jóvenes y una economía atada a los vaivenes del petróleo rigen la vida de una comunidad sufrida…” (op.cit.).

Autor : Bernardo Veksler
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