SIN ALCOHOL, ES MÁS SEGURO…
En sintonía vial

SIN ALCOHOL, ES MÁS SEGURO…

23/05/2018
A

nivel global se ha llegado a la calcular que de cada 100% de siniestros viales mortales, entre el  40 y 65 % de los conductores estuvieron bajo el efecto del alcohol. Y esto lo convierte en uno de los dos principales factores de riesgo en la conducción.
Debemos ser críticos y consientes de nuestras conductas, porque si se nos hizo un habito el beber-conducir o viceversa y disculpen la afirmación si se quiere, tarde o temprano para que se produzca un siniestro solo será una cuestión de tiempo.
Alcoholemia: Es el volumen de alcohol que hay en la sangre y se mide en gramos de alcohol por cada litro de sangre (g /l) o su equivalente a aire aspirado.
Se calcula que  por cada una  persona fallecida, hay alrededor de 320 heridos ( esto quiere decir  que si se fue protagonista de un siniestro o accidente, la persona al no  fallecer ,está dentro de los que sufrieron politraumatismos de mayor o menor grado con sus respectivas secuelas).
Las reacciones diversas de un conductor se verían claramente afectadas bajo el efecto del alcohol, nuestros movimientos serían más pausados por la  reacción tardía de nuestro cerebro y consecuentemente, el lento  accionar en muchos casos de nuestras extremidades.
La agudeza visual se ve afectada porque  se deteriora la convergencia ocular, necesaria para calcular correctamente las distancias.
Aparecen serios problemas con los cambios de luz, por lo que se producen molestias o disminución en la capacidad de diferenciar objetos con mayor facilidad.
En el sobrepaso,  vemos limitadas nuestras funciones ya sea por la baja calidad visual y consiguientemente el lento accionar en situaciones de riesgo.
El cansancio, somnolencia, ansiedad estrés y otras enfermedades son factores que seguidos de la ingesta de alcohol influyen en el organismo.
Se producen alteraciones en todas las capacidades psicofísicas necesarias para la conducción segura.
El efecto alcohol afecta altamente nuestro sistema auditivo, nos aísla del entorno como si estuviéramos en un cubo, los sonidos son difusos, es por eso que muchas veces las personas en estado de ebriedad suelen gritar sin necesidad.
No valoramos los efectos que tiene el alcohol en nuestro cuerpo y sobredimensionamos nuestras capacidades diciendo está “todo bien yo lo controlo”, disminuyendo así  el sentido de responsabilidad y de prudencia.
Con el paso del tiempo las consecuencias de evitar controles viales,  beber y conducir bajo el efecto de alcohol acarrearían sanciones  más duras y estrictas, entonces dejemos de lado nuestro orgullo, terminemos bien nuestra jornada, pidiéndole a un amigo que nos acerque, un pariente o simplemente llama un auto de alquiler y acaba tu salida sano, a salvo y en casa.

Autor : Hector Elias
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