nte la complicada situación económico-financiera que atraviesa desde hace casi dos meses la Argentina, la Gobernadora defendió las medidas que implementó desde el momento mismo de ingresar a Casa de Gobierno. “Cuando asumí tomé la responsabilidad de sanear la economía de una Tierra del Fuego al borde de la quiebra. No fue fácil. No vivo en una burbuja, y sé que todos los empleados de la administración pública y jubilados han hecho y hacen un sacrificio enorme, pero entendí y entiendo que debo gobernar con responsabilidad, y que en el futuro cercano se verán los frutos” de las políticas llevadas adelante desde fines de diciembre de 2015.
Bertone recordó que “cuando asumimos, la Caja de la provincia no llegaba a los 500 millones de pesos, no alcanzaban ni siquiera para pagar los sueldos de diciembre ni el aguinaldo. La mayoría de los jubilados cobraban con dos meses de demora”. Dijo que ante ese complicado panorama “obligó a tomar las difíciles decisiones políticas y económicas para evitar una crisis” como la que ha dejado a muchas otras provincias en una delicada situación económica y social.
Señaló que a esa complicación económica se sumaban “otros problemas, como la falta de infraestructura en Ushuaia, Río Grande y Tolhuin. Es decir, había una inacción enorme hacia las ciudades, hacia la provincia misma, porque no había ningún plan serio de obras. Se sumaba un deterioro ambiental importante en Ushuaia, sobre todo con el sistema de pluviales y cloacales, y un problema muy grave en Río Grande con el agua. Había desinversión en infraestructura educativa y en la red de gas”.
Pero además de esos déficit propios que debía resolver la Provincia, agregó como otra complicación el que “el Gobierno nacional asumió con una concepción política y social diferente a la nuestra, y ya había informado a las provincias que no iba a enviar fondos para pago de salarios, como se venía haciendo hasta entonces. Por eso peligraban no sólo el pago de salarios sino también los futuros aumentos”, explicó.
Las perspectivas a futuro, detalló Gobernadora, no eran alentadoras en ese momento. “¿Cómo podíamos dar un aumento salarial si la provincia no podía pagar los salarios que ya había acordado el gobierno anterior? ¿Cómo cumplir con los jubilados si ya no había fondos para pagar las jubilaciones? Por otro lado, había que resolver el tema de la caja jubilatoria, ya que independientemente del problema coyuntural y financiero, el sistema previsional como estaba diseñado, si no se modificaba estaba condenado a ser absorbido por Nación”.
Frente a esa adversa coyuntura dijo que decidió evitar el ajuste y en su lugar tomar “medidas difíciles para el corto plazo” pero que garantizaban la sustentabilidad a mediano y largo plazo. “Nosotros decidimos no despedir personal, que era la solución fácil que daría un gobierno que piensa de otra manera que nosotros”. “Bajar los sueldos era muy duro y nos oponíamos”, refirió. “Llegamos a la conclusión que para mantener el empleo debíamos distribuir sólo lo que la provincia puede pagar, sino lo único que hacíamos era postergar el problema. Esta medida, que fue difícil, permitió mantener el empleo estatal y pagar en fecha, lo cual estamos haciendo hasta ahora. Pagamos en fecha las jubilaciones, pagamos en fecha los salarios y se dejó de pagar en cuotas el aguinaldo”.
Sostuvo que por ese entonces “sabíamos que en una previsión de dos años podíamos dar lo que pudimos dar, priorizando siempre el bienestar de los fueguinos. Cualquier monto que diéramos por encima de eso hubiera sido impagable al corto o mediano plazo. Ante el peor de los escenarios, el mejor salario es el que se puede cobrar, y si no hubiera tomado las decisiones que tomé, hoy estaríamos en una crisis como las la de otras provincias que tuvieron una actitud menos prudente y que están pagando en cuotas, dos meses diferidos o incluso plantean emitir bonos”, señaló la mandataria.
