Un incendio destruye el cine inaugurado siete meses antes
El 16 de julio de 1956

Un incendio destruye el cine inaugurado siete meses antes

16/07/2018
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ste día, se incendia el edificio del cine ubicado en la esquina de San Martín y Roca, que era propiedad de Israel Elsztein. “El incendio fue voraz y se extendió a otras casas vecinas, entre ellas el Bar Florencia” (Ushuaia 1884- 1984).
El cine se había terminado de construir en el pasado mes de diciembre. “La construcción fue muy difícil porque en esa época muchos materiales debían traerse de Buenos Aires inclusive las butacas (…) Habíamos hecho contrato con una distribuidora de Bahía Blanca, que nos mandaba las películas por vía aérea. Había función todos los días, con cinco programaciones distintas por semana, siempre muy buenas. El sábado y domingo presentábamos los estrenos, el lunes repetíamos algo y los martes y jueves otra vez material nuevo. Los otros días variábamos. También dábamos noticiosos, dibujos animados, series en episodios como complemento. Teníamos muy buenas máquinas, Calé 12, con sonido RCA Víctor” (Israel Elsztein. Ushuaia 1884- 1984).
El salón contaba con “un arreglo de lámparas que se prendía con los colores nacionales en las fiestas patrias”. Al lado, funcionaba un bar confitería. “Tenía unas cuatrocientas localidades y los viajantes la habían bautizado “la Bombonera” por lo bonito, se lo consideraba el más lujoso de la costa. Tenía calefacción –se podía estar en mangas de camisa-, un buen declive y una parte más elevada con cincuenta butacas de más categoría. Teníamos algunas reservadas para el Dr. Juan Regazzoni, a quien debíamos, como médico del pueblo, muchas atenciones”.
La familia Elsztein tenía su negocio (tienda La Capital) sobre la avenida Maipú, donde, en el primer piso, habían alojado a una primera sede del cine. Allí, tenían “una máquina portátil, con la que se podía dar tres actos y luego había que cortar. Cuando había fiestas patrias, mi hermano la llevaba al presidio con un camión que ellos mandaban”.
En ocasión de producirse el terremoto de diciembre de 1949, los vecinos reclamaron la apertura del cine: “Se juntaba un grupo y decía: ¡Queremos ver cine! ¡Queremos ver cine! Nosotros contestábamos que no era posible abrir en esas circunstancias. Había muy poco espacio entre una butaca y otra y si se producía otro movimiento podía haber una catástrofe. Pero el domingo tuvimos que abrir por la presión de la gente que quería distraerse para olvidar el susto. El lunes empezamos a atender en el negocio como siempre”.

Autor : Bernardo Veksler
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