“Si los nativos creen que civilización es barbarie, es la verdad”
EL 18 DE MARZO DE 1893

“Si los nativos creen que civilización es barbarie, es la verdad”

18/03/2019
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n la edición de este día, el diario “El Magallanes”, de Punta Arenas, publica un editorial donde desarrolla su punto de vista sobre las consecuencias generadas por la súbita ocupación de la zona magallánico fueguina por parte de forasteros devenidos en hacendados.
“Si los indios piensan que no hay nada más bárbaro que la civilización, están en la verdad. Porque la civilización, que estaba en el deber de hacerlo no ha tomado en cuenta la situación en que los dejaba a ellos al invadir estas regiones: el indio no tiene nociones de derecho ni de propiedad; cree con razón que todo lo creado pertenece a todos los habitantes; la tierra en que nace, el cuadrúpedo a quien lo caza, ¿Cómo podrá jamás aceptar que los extranjeros tengan derecho a ocupar las tierras en que ellos vivían y a cazar los guanacos y que a su vez los indios no lo tengan para cazar la oveja ni para vivir en las comarcas en que siempre han vivido antes?” (Citado por Alberto Harambour R. Partes del exterminio. Revista La Roca N°4).
Luego el editorialista ensaya un argumento justificador: “Es la lucha entre la civilización y la barbarie. Como siempre esta última ha de ser vencida, y es justo que lo sea; el carro de la civilización y del progreso de la humanidad no puede detener su marcha hacia delante por un puñado de bárbaros”.
 Harambour, docente e investigador de la Universidad Austral de Chile, desarrolla este supuesto dilema entre civilización y barbarie como marco del “genocidio selknam en la Tierra del Fuego”. Este pueblo habitó la isla Grande por unos diez mil años, eran nómades “que carecían de toda noción de propiedad privada”.
La primera invasión que sufrieron fue la de los recolectores de oro, enseguida llegaron los acaparadores de tierras. Los “buscadores de oro, estancieros y ovejeros cazaron sus animales y a ellos mismos. Mujeres fueron esclavizadas, menores secuestrados y repartidos, unas y otros asesinados, especialmente los hombres. De todo ello existe documentación producida por los propios estancieros y ovejeros, que dividieron sus territorios con alambradas e instalaron  en la tierra selknam los animales europeos”. Estas cuantiosas pruebas demuestran “un sentido común compartido por las autoridades económicas, políticas y religiosas, el sentido compartido de la necesidad de borrar del mapa fueguino al pueblo selknam” (op.cit.).

Autor : Bernardo Veksler
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