ste día, son alojados 24 fugados del presidio de Puerto Cook, de los 32 que se habían internado en la isla de los Estados al no poder escapar por vía marítima. Ya se habían capturado siete y uno se estregó unos días después.
Aprovechando la escasa vigilancia, debido al operativo de traslado del penal militar a Ushuaia, los presos se habían sublevado el 6 de diciembre, matando a dos guardias e hiriendo a otros dos con cuchillos y lanzas para cazar lobos. La fuga “estuvo liderada por Félix Cabrera y Luis Maldonado, seguidos de otros 49 presos, quienes requisaron diez fusiles, seiscientos tiros, ropas, víveres y abrigos”. Una ballenera grande, la única que estaba en buen estado, fue abordada por 18 presos; 19 tomaron una ballenera chica y 14 un bote salvavidas. El resto de los reclusos se escondió en los bosques cercanos (Alfredo Becerra. Los prófugos de la isla de los Estados).
El uruguayo Maldonado tomó el control de los fusiles e impuso su liderazgo, fusiló a un colega por querer entregarse. Pero, poco después fue degollado por un compañero.
Las autoridades se enteraron del hecho cuatro días después, cuando regresó el contingente militar que había marchado a Ushuaia. Pasaron varios días hasta que se inició la búsqueda. Se creía que gran parte de los prófugos había perecido al intentar llegar a la isla Grande.
Recién el 27 de diciembre, encontraron escondida en bahía Thetis a la ballenera grande. El 6 de enero, apresaron a dos en la bahía Buen Suceso, quienes habían sido abandonados por sus compañeros luego de peleas por el liderazgo. El 27, fueron capturados otros ocho en bahía Aguirre, uno de ellos fue muerto por un centinela. El 10 de febrero, cuatro más fueron detenidos en el río Fuego, quedando sólo dos fugados en Tierra del Fuego.
Pero, el 27 de febrero, al entrar en Puerto Cook el barco “Azopardo”, se presentó uno de los evadidos, quien relató que al no poder cruzar el estrecho de Le Maire, el día siguiente de la fuga, quemaron los botes porque estaban averiados y se refugiaron en los montes cercanos, esperando encontrar algún buque lobero para poder huir de la isla.
En el momento de la fuga había ochenta y tres presos, custodiados por dos oficiales, cuatro suboficiales, ocho soldados, siete marineros, un médico y un empleado.
La fuga de Puerto Cook generó una enorme repercusión nacional y un gran temor en Tierra del Fuego y la zona austral.
