ste día, Héctor F. Caviglia, en representación de la Dirección Nacional de Construcciones Portuarias y Vías Navegables, hace entrega en carácter definitivo a la Administración General de Puertos, representada por el comandante de la Base Naval de Ushuaia, de las obras ejecutadas por esa repartición.
La necesidad de contar con instalaciones portuarias adecuadas para una sociedad isleña y dependiente de las comunicaciones marítimas, fueron demandadas desde la época más pionera de Tierra del Fuego.
Durante la primera mitad del siglo XX, las obras contaron con el aporte de reclusos del Presidio. El “material de piedra a utilizar, debía sacarse de una cantera que estaba ubicada en el interior del recinto carcelario, mediante el uso de explosivos, y la mano de obra de reclusos de la citada cárcel” (Carta de Luis Donato Frey –Comisión para Obras del Puerto de Ushuaia- al entonces director del Museo Provincial Oscar Zanola, dando detalles de la construcción del puerto).
Los reclusos percibían un jornal mínimo. “En la cantera teníamos una dotación de 20 a 30 reclusos según las necesidades de acuerdo al trabajo, y en el muelle aproximadamente 15, que estaban acompañados por un guardián y con vigilancia”, como “medida precautoria, por una eventual tentativa de fuga, lo que nunca ocurrió.”
Participaron “reclusos de distintos prontuarios, pero en general” los “catalogados por el régimen penitenciario con “conducta muy buena y ejemplar” (...). Hasta el propio
Santos Godino (El Petiso Orejudo), un preso de frondoso prontuario y con la condena máxima (…) observaba “conducta ejemplar”, por lo que se lo empleaba a media tarde para llevar el mate cocido a los reclusos que trabajaban en el muelle”.
A fines de los años cuarenta, el ingeniero Caviglia asumió la dirección de la obra hasta la terminación del muelle.
Luego del cierre del Presidio, se debió emplear “numerosos operarios provenientes del mismo Ministerio de Obras Pública de la Nación, del personal del Territorio Nacional, y de otros organismos y empresas privadas”. Este proceso de transformación “culminará casi 30 años después (1968), en lo que fue el muelle comercial”.
Para entonces, el puerto de Ushuaia contaba “con un frente de atraque superior a los 750 metros” y “con un calado máximo de 8,50 metros”.
En 1997 el puerto fue transferido a jurisdicción provincial.
