Sobrevivientes de la colonización del estrecho se dividen
EL 30 DE ABRIL DE 1587

Sobrevivientes de la colonización del estrecho se dividen

30/04/2019
U

n grupo liderado por tres mujeres se marcha del asentamiento Nombre de Jesús y se dirige doce leguas hacia el norte del estrecho de Magallanes en busca de un ambiente más acogedor para la vida, según lo aconsejado por “el indio Francisco”, quien prometió darles “ayuda y protección”. Una de las mujeres estaba embarazada y otra llevaba consigo a su pequeña hija, también se suman a la migración otros dos hombres y El Hortelano, que tenía la esperanza de que “podría labrar una nueva huerta, en un lugar estable, menos expuesto a las tormentas” (Enrique S. Inda. Los sobrevivientes del Estrecho).
Los acompañan tres hombres para ayudarlos a transportar los enseres y materiales necesarios para el nuevo asentamiento, próximo al río Chico, como también “la mísera ropa disponible, la mayor parte puras hilachas; la pequeña carpa de cueros de lobos (...) la necesaria provisión de grasa de lobo y de pingüino, los fardos de carne seca y todos los pedazos de tela que había guardado como vendas para heridas” Catalina Hernández, la líder de la misión.   
De los cuatrocientos colonos que Pedro Sarmiento de Gamboa transportó desde España, para radicarse en este asentamiento en la boca del estrecho, en 1584,  y de otro (Rey Felipe) establecido próximo al océano Pacífico, sólo sobrevivían para entonces 17 personas.    
Catalina se despidió del capitán Andrés Viedma, quien le pidió que esperaran hasta la primavera para irse con mejor tiempo. La mujer le respondió: “Con dos o tres temporales como el reciente, aquí no quedará nada. Fíjate lo que pasó con la huerta y con la leña (…) puede ser una locura, (…) pero todo ha sido una locura desde que salimos de Cádiz en 1581; locura la navegación y la espera en el Brasil, locura los intentos fracasados de entrar en el Estrecho, locura mayor el desembarco en el peor lugar de estas tierras; locura las caminatas de cientos de leguas de ida y vuelta a la Segunda Población, locura los que murieron de hambre, enfermos o de frío; locura las rebeliones y las ejecuciones. Muerte y desolación, y todo para nada (…) No quiero más muertes. Nos vamos en busca de la vida (…) aunque tengamos que vivir entre los indios”.
La recreación de Inda de la vida de los últimos sobrevivientes del intento colonizador aquí terminó. Desconociéndose los episodios subsiguientes de estos mártires del fracaso español por fortificar el estrecho.

Autor : Bernardo Veksler
Etiquetas
Cuál es tu opinión sobre la nota?
  • Me interesó
    100%
    9 votos
  • No me interesó
    0%
    0 votos