Cierran instrucción por el crimen cometido por dos nativos
EL 20 DE MAYO DE 1927

Cierran instrucción por el crimen cometido por dos nativos

20/05/2019
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ste día, el fiscal Salvador Díaz Mena dispone la clausura del sumario y la acusación contra dos nativos por el crimen del peón Pedro Godoy, cerca de la estancia “Irigoyen”.
Los acusados eran “Ambrosio Menelike, argentino, de veinte y seis años de edad” y “Antonio Nana, ona de Tierra del Fuego lo mismo que el anterior, con diez y seis años de edad, soltero, analfabeto, sin domicilio fijo”, quienes cometieron el crimen el 25 de octubre de 1926 (Arnoldo Canclini. Indios, policías y agitadores).
Nana confesó que en la víspera, “acompañado de Ambrosio Menelike” llegaron “a la choza habitada por Pedro Godoy (…) a quien su compañero pidió permiso para pernoctar, el que habiendo sido dado, se instalaron en la vivienda”. Luego, compartieron la cena “y se acostaron cuando obscureció”. Por la madrugada, “se despertó el declarante y su acompañante y viendo éste que Godoy quedaba dormido aún le dijo al que declara en idioma ona: ‘Agarrá el Winchester y pegale un balazo a Godoy, y yo le voy a dar un rebencazo en la cabeza’. Y sin más reflexiones el declarante tomó el arma que estaba cargada con tres balas, y poniendo la rodilla en tierra hizo un disparo a un metro de distancia (…) apuntándole a la tetilla derecha, pues Godoy se encontraba acostado de espaldas; que al recibir éste el tiro pronunció unos quejidos rodando al suelo”. Menelike “le asestó a toda fuerza un rebencazo con el mango en la frente al lado derecho, sin pronunciar Godoy un lamento”.
Luego, procedieron a arrastrar el cadáver hasta un claro del bosque y lo enterraron.
Al regresar al rancho, cargaron “una bolsa con ropa conteniendo un par de calzoncillos, un par de medias, seis camisetas, unas cucharas, un tenedor y dos platos de loza (…) un par de botas y el sombrero”.
Menelike dijo que propició el crimen porque la víctima “los había amenazado” con “darles unos planazos con un cuchillo” si le robaban. El juez consideró que “dar muerte a una persona en forma casi alevosa, por la amenaza de ‘unos planazos’ es algo que sólo puede concebir la mente obtusa de los indígenas acusados; con ello se revela el espíritu de la venganza y ferocidad características de las razas autóctonas sudamericanas” (op.cit.).
Se presume que los acusados fueron condenados. El único dato registrado con posterioridad es que Menelike murió en Buenos Aires, en el hospital Muñiz, afectado de varicela.

Autor : Bernardo Veksler
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