a cédula real que instituye el Virreinato del Río de la Plata le otorga al gobierno de Buenos Aires la “absoluta y exclusiva jurisdicción sobre al Atlántico, la Patagonia, la totalidad del estrecho e incluso costas sobre el océano Pacífico hasta el cabo de Hornos” (Rodolfo Cananor. Cronología patagónica).
En la ordenanza real dirigida al gobernador de Buenos Aires, dado que el virrey nombrado -Juan José de Vértiz y Salcedo- se encontraba viajando hacia la ciudad, se sostiene que “por lo respectivo a esa costa hasta el estrecho de Magallanes, inclusive éste y sucesivamente hasta el cabo de Hornos, ha de ser de la Inspección de V.E.”.
Estas medidas del rey Carlos III fueron parte de un intento de modernización de la monarquía y de reaccionar ante la creciente competencia por sus dominios australes planteada por británicos y otras potencias europeas.
El flamante virreinato sumó a la jurisdicción que ostentaba la Gobernación de Buenos Aires, que incluían a las regiones de Montevideo y Asunción, a la Real Audiencia de Charcas –el Alto Perú- y la provincia de Cuyo, que hasta ese momento pertenecía a Chile.
A pesar de la ampliación hasta el cabo de Hornos del área de “inspección” virreinal, la región patagónica no estaba claramente incluida en su jurisdicción. Además de que aún no había sido conquistada y que los pueblos originarios tenían total dominio sobre ella, en casi todos los mapas europeos de la época era calificada como ‘res nullius’, es decir tierra del nadie.
Que “la Patagonia haya aparecido como "chilena" en los mapas españoles sólo refleja una ficción de la Corona y nada significa desde el punto de vista de la verdadera jurisdicción sobre ese territorio, sea en 1770, en 1880 o en 1990. Sí significa, sin embargo, que la adjudicación de la Patagonia al territorio del Virreinato del Río de la Plata por parte de la historiografía oficial argentina es uno de los mitos sobre los que se basó la "invención" de la Argentina como Estado-nación en el siglo XIX” (Historia General de las Relaciones Exteriores de la República Argentina).
A partir de la creación del virreinato, los españoles hicieron intentos de avances sobre la Patagonia; manifestados en la creación de establecimientos, como el de Carmen de Patagones, en 1779, el Fuerte de San José de la Candelaria (Península de Valdés), Puerto Deseado y la colonia de Floridablanca (1780) en la bahía de San Julián.
