Vairoleto consuma asaltos y provoca pánico en la región
EL 23 DE AGOSTO DE 1934

Vairoleto consuma asaltos y provoca pánico en la región

23/08/2019
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l diario ‘Río Negro’, en su edición de este día, informa sobre la serie de asaltos consumados por el grupo liderado por Juan Bautista Vairoleto, que estaba causando “el temor de los pobladores de una amplia franja territorial de Río Negro y Neuquén”. Se  hicieron sentir con mucha fuerza “sus resonantes acciones y el fracaso de las comisiones que salieron en su persecución junto con contingentes policiales de varios territorios, amplificaban aun más los miedos y desconfianza ante la presencia de jinetes y hombres desconocidos” (Gabriel Rafart. Tiempo de violencia en la Patagonia).
Algunos sucesos delictivos fueron relatados así: tres sujetos “llegaron a la sucursal Yuquiche de la Viuda García y después de maniatar al encargado, le sustrajeron setenta pesos; de allí pasaron a la casa de Félix Namur y al encargado y a otro los ataron también y les robaron doscientos pesos; siguieron ocho leguas más abajo del río Crico y dieron el golpe a un boliche de Salomón Daud, sustrayéndole 250 pesos y por último pasaron a saludar al dueño de otro boliche; señor Simón Nassif Rahal, a quien le sacaron tres trajes, dos revólveres y medio cajón de balas. Consumados estos, y ya elegantemente vestidos huyeron los tres cacos en dirección a la cordillera”.
Las acciones policiales también merecieron tratamiento periodístico: “A raíz de las denuncias recibidas por la policía, han sido desprendidas varias comisiones de la zona, de La Pampa y Neuquén en busca y persecución del bandolero Vairoleto. Hasta ahora, parece ser que una de las comisiones policiales pudo identificar a Vairoleto en las inmediaciones de Cervantes; lo persiguió y cambiaron con el delincuente algunos disparos de armas, que pudo ser detenido o muerto porque iba en mala cabalgadura; que se detuvo a algunos centenares de metros de sus perseguidores; se ajustó el recado tranquilamente y se alejó del lugar rumbo a la altiplanicie, convencido que la persecución había sido contenida. La policía cree estar, nuevamente, sobre sus pasos y contempla con optimismo la captura del delincuente”.
Estos episodios generaron un “imaginario social acerca del bandido, sin ser una representación romántica o caballeresca, era una construcción que, además de agigantar sus crímenes, destacaba el aventurerismo, arrojo y, en ocasiones, la valentía de determinados personajes de carne y hueso” (op.cit.).

Autor : Bernardo Veksler
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