ste día, el rey Carlos III de España promulga una real cédula por la cual deja constituida la Gobernación de las Islas Malvinas, creada como una dependencia del gobernador y capitán general de Buenos Aires, Francisco de Paula Bucarelli y Ursúa.
El primer funcionario nombrado para ocupar la gobernación del archipiélago fue el capitán de navío Felipe Ruiz Puente, quien “viajó a las islas con las fragatas ‘Liebre’ y ‘Esmeralda’, siendo acompañado además desde Montevideo por la fragata ‘La Boudeuse’. En este navío viajaba el explorador francés Louis Antoine de Boungainville quien había fundado el establecimiento Fort Saint Louis, en la isla Soledad; y que, luego del reclamo de la monarquía española, marchaba ahora para hacer entrega de todas los edificios que allí habían erigido, indemnización mediante (Marcelo Beccaceci. Gauchos de Malvinas).
El 2 de abril siguiente, Ruiz Puente “tomó posesión de la colonia francesa y el día 27 partió la mayoría de los franceses en barcos españoles hacia Montevideo. Quedaron treinta y siete colonos, dieciocho hombres y el resto mujeres y niños, que sumados a los españoles hacían un total de ciento quince a ciento dieciocho personas”, siendo una de las mayores poblaciones de las islas por muchas décadas.
La gobernación de Buenos Aires realizaba todos los veranos “el aprovisionamiento de la colonia con barcos que partían desde el puerto de Montevideo”.
Ruiz Puente “fue gobernador de las Malvinas hasta el 23 de enero de 1773, fecha en que fue relevado por el capitán de infantería Domingo Chauri, del Regimiento Fijo de Buenos Aires, que permaneció en funciones hasta el 5 de enero de 1774, cuando asumió el capitán de fragata Francisco Gil de Taboada y Lemos, quien fue el último gobernador de las islas, ya que durante su gestión la gobernación fue reducida al rango de Comandancia el 5 de enero de 1774” (op.cit.).
Para esa época se estimaba que el ganado isleño ascendía a 530 vacunos y 50 equinos. Este volumen ganadero, para 1788, ya había aumentado notablemente sumando 2180 vacunos y 116 equinos.
Este stock ganadero continuó en crecimiento hasta que en 1811, cuando los españoles abandonaron las islas, los bovinos fueron liberados y se sumaron al ganado cimarrón que por varias décadas fue la riqueza más atractiva de Malvinas y que algunos inversores estimaron en un potencial de faena de veinte mil animales anuales.
