Procesan por trata de personas a un pai Umbanda de Río Grande
Justicia Federal

Procesan por trata de personas a un pai Umbanda de Río Grande

Es raíz de un operativo realizado por efectivos de la Prefectura Naval Argentina a fines de septiembre. Allí rescataron a seis mujeres y se comprobó que otras dos habían logrado escapar de los departamentos en los que eran obligadas a prostituirse. El acusado de ser el líder de la organización es un jefe religioso y tarotista. También indagaron a otros dos mujeres, una de ellas su pareja. El pai fue embargado por un millón de pesos pero quedó libre. Se refería a las víctimas como “hijas de la religión”.
10/10/2019
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n jefe de la religión Umbanda y tarotista de la ciudad de Río Grande fue procesado por la Justicia Federal como responsable de una red de trata de personas que explotaba sexualmente a mujeres, a las que llamaba “hijas de la religión”, según confirmaron a este medio fuentes judiciales.
El hombre identificado como Alejandro Oscar Collado, de 40 años, había sido detenido el pasado 25 de septiembre, durante un procedimiento realizado por efectivos de la Prefectura Naval Argentina (PNA) donde fueron rescatadas seis mujeres y se comprobó que otras dos habían logrado escapar de los departamentos en los que eran obligadas a prostituirse.
La jueza Federal de Río Grande, Mariel Borruto, encontró a Collado como  probable autor del delito de “trata de personas agravado por el abuso de la situación de vulnerabilidad de las víctimas y cantidad de ellas, por la concurrencia de dos o más personas, y por haberse logrado la explotación económica”, indicaron las fuentes.
La magistrada dio por demostrado que el pai Umbanda regenteaba dos “privados” (como se denomina en la jerga a los sitios donde se ejerce la prostitución sin ser locales comerciales) en complicidad con otras dos mujeres, una de ellas su pareja, que también fueron indagadas aunque todavía no se resolvió su situación procesal.
Borruto embargó a Collado por un millón de pesos, aunque también dispuso su libertad bajo el cumplimiento de numerosas reglas de conducta.
De acuerdo a la investigación, hay pruebas de que el religioso “captó, trasladó, recepcionó y acogió a mujeres con fines de explotación” al menos desde el 13 de febrero de este año y hasta el momento de su detención.
Para ello montó dos departamentos ubicados en las calles Juarez Celman 2373 y Yugoslavia 1269 del Barrio Chacra II de Río Grande (ambos allanados por la Justicia).
La causa judicial comenzó con una denuncia anónima a la línea telefónica 145 del Programa de Rescate y Acompañamiento a las Personas Damnificadas por el Delito de Trata, y se complementó con tareas de investigación de la PNA  y por el testimonio de dos de las víctimas que aprovecharon un “descuido” de la encargada del departamento donde las explotaban, para “tomar las llaves y sus documentos”, escapar del lugar y radicar la denuncia policial.
Estas dos víctimas coincidieron en señalar que las habían llevado engañadas desde otros lugares del país, con la promesa de un empleo, y que al llegar a Tierra del Fuego, les informaron que debían realizar servicios sexuales para pagar “el pasaje, la comida y el alojamiento”.

“Hijas de la religión”

La investigación determinó que en las habitaciones de los privados se realizaban “pases” (servicios sexuales) por un valor de entre $800 y $1700, y que también se expedían “copas” a los clientes.
“Existe sobrada prueba que da cuenta de que los tratantes facilitaban y acondicionaban el espacio para la estadía y la explotación sexual de las víctimas como así también la entrega de profilácticos (…) Había una organización compleja con una clara distribución de tareas”, escribió la jueza en el auto de procesamiento al que accedió EDFM.
Por su parte las profesionales del Ministerio de Desarrollo Social de la provincia que entrevistaron a las víctimas que lograron escapar, concluyeron que ambas “sufrieron violencia física, psicológica y sexual”.
En tanto, al prestar declaración indagatoria en la causa, Collado negó explotar a las mujeres, a las que calificó como “hijas suyas de la religión”.
Dijo que las conoce, y que a todas ellas les brindaba servicios de “tarot” por una tarifa de entre “$10 mil y $50 mil”, además de proveerle de “bebidas y cigarilllos”.
La jueza Borruto autorizó la excarcelación del pai umbanda pero le impuso fijar un domicilio y no ausentarse sin avisar, no salir de la provincia, no consumir estupefacientes ni abusar de bebidas alcohólicas, y no acercarse ni contactarse con ninguna de las víctimas ni sus domicilios.

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