ste día, el gobernador de facto del Territorio de Tierra del Fuego, capitán de navío Jorge Luis Arigotti, promulga la Ley Nº 103, por la cual autoriza “al Gobernador del Territorio y a la Municipalidad de la Ciudad de Río Grande, a transferir a la actividad privada la totalidad de las acciones de la empresa Lavadero y Peinaduría de Lanas Río Grande S.A., a través del trámite de licitación pública”.
En su segundo artículo, la ley determina que el “Gobernador del Territorio y la Municipalidad de la Ciudad de Río Grande realizarán en los estatutos del Lavadero y Peinaduría de Lanas Río Grande S.A. y en lo referido al tipo de acciones, todas aquellas modificaciones necesarias para que la transferencia a la actividad privada de dicha empresa sea posible”.
El proyecto, aprobado el 30 de junio de 1975, había sido concretado mediante la asistencia del Consejo Federal de Inversiones y estaba orientado a aportar valor agregado a la lana ovina dentro del territorio con la perspectiva de avanzar en futuras etapas en el proceso de su industrialización. A partir del lavado, cardado, peinado y empaquetado de la misma, se proyectaba la extracción de la lanolina, el teñido, hilado, tejido y confección de prendas, para concretar la integración vertical de la producción lanera fueguina. Se consideraba que su implantación significaba una contribución a la transformación económica y social de Tierra del Fuego, creando fuentes de trabajo permanentes de carácter industrial.
Su radicación se había fijado a tres kilómetros de la ciudad de Río Grande. La capacidad instalada permitía el funcionamiento de dos turnos de ocho horas para el lavadero, con una producción de seis mil kilos diarios. En el caso de la peinaduría, la planta permitía el desempeño de operarios en tres turnos continuos y una producción máxima de 3.840 kilos diarios. El proyecto contemplaba el aumento de la capacidad instalada del proceso de peinado para poder aprovechar a pleno las instalaciones del lavadero.
Su producción fue programada para la exportación, evaluando para una futura ampliación la utilización de hilados sintéticos en una integración industrial acorde con la demanda existente en el mercado mundial.
La concepción neo liberal que impuso la dictadura militar y su ministro de Economía José Alfredo Martínez de Hoz tiraron por la borda el proyecto que demandaba la asistencia del estado.
