EE. UU. y Japón negocian en secreto por la caza de ballenas
EL 4 DE NOVIEMBRE DE 2009

EE. UU. y Japón negocian en secreto por la caza de ballenas

04/11/2019
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ste día, se concreta una reunión secreta entre Mónica Medina, representante de EE.UU. ante la Comisión Ballenera Internacional (CBI), y altos funcionarios de la Agencia de Pesca de Japón (FAJ) para negociar la continuidad de la caza de las flotas balleneras niponas en la Antártida, a pesar de las restricciones existentes.
Según el cable de la embajada norteamericana en Tokio, revelado por el sitio Wikileaks, el principio de acuerdo se basaba en una reducción voluntaria de la cantidad de ballenas cazadas anualmente, bajo la mascarada de investigación científica, a cambio de una acción conjunta de ambos países contra la organización ambientalista Sea Sheppers.
“Japón estaba dispuesto a reducir su cuota ballenera y EE UU a contribuir activamente. La petición más insistente de la agencia pesquera japonesa iba dirigida a conseguir una mayor dureza en la persecución penal del grupo ecologista pirata Sea Shepherd, fundado por un norteamericano que abandonó Greenpeace para organizar acciones más contundentes contra los depredadores del mar” (Diario El País, Madrid, 2/1/2011).
Medina expresó que "hay lugar para que Japón reduzca su cuota actual de capturas" y aseguró que trabajaría para que la UE y Australia no vetaran el pacto. La CBI trabajaba en un texto que reduciría el cupo japonés a la mitad y salvaría 14.000 ballenas en 10 años, El director de la agencia de pesca japonesa, Katsuhiro Machida, señaló que había asuntos fuera de la CBI que tenían influencia sobre la posición de Japón. Uno de ellos eran "las violentas protestas de Sea Shepherd, que podrían limitar la flexibilidad negociadora de Japón". Y señaló que "Países Bajos debería actuar contra Sea Shepherd", ya que utiliza bandera holandesa.
En 1985 los 88 países nucleados en la CBI acordaron una moratoria a la caza comercial de ballenas. Islandia y Noruega no se sintieron vinculadas por el acuerdo y siguieron cazando cetáceos. Japón lo firmó en una primera instancia, pero luego siguió el ejemplo de los nórdicos. Bajo un llamado programa científico, se fijó una meta anual de unos 850 ejemplares de rorcual aliblanco y otras cien ballenas de distintas especies.
Luego de años de negociaciones fallidas, Japón anunció a fines de 2018 su retiro del acuerdo internacional y la reanudación de la caza comercial de ballenas. Esta medida se fundamentó en el apoyo a la industria que depende de la carne de ballena.

Autor : Bernardo Veksler
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