os estatales agremiados en la Asociación Personal de la Administración Pública (APAP) le hicieron llegar un reclamo condensado en seis puntos: “1) Aumento de $a 150.- mensuales para el personal escalafonado. 2) Pago de suplemento por zona desfavorable. 3) Pago por bonificación de cargo. 4) Pago de diferencia de aguinaldo. 5) Aumento tasa de salario. 6) Pasajes aéreos por licencia anual. Algunos de ellos como el aumento de emergencia, servirá para paliar el déficit presupuestario familiar ante el constante aumento del costo de vida que día a día va disminuyendo el poder adquisitivo del salario” (diario ‘El Orden’, Puerto Deseado, 12/11/70; citado por Miguel Auzoberría, Élida Luque y Susana Martínez. Los ’70 y la crisis política en Santa Cruz).
Cabe consignar que los sueldos de los empleados públicos permanecían congelados desde el golpe de estado del 29 de junio de 1966.
Al deterioro de las remuneraciones y las quejas de los empleados públicos, se sumaba el malestar de sectores del agro, “especialmente los de la zona centro de la provincia, y a estos el de las cámaras de comercio de todas las localidades de Santa Cruz”.
Un informe del agrupamiento mercantil de Pico Truncado, elevado al gobernador de facto, sostuvo que “se ha venido notando una marcada declinación en el orden económico, atribuido a diversos factores, entre los que se pueden citar, la disminución de las fuentes de trabajo, el decaimiento en forma alarmante de las actividades comerciales, que han motivado el cierre definitivo de varios comerciantes chicos, a los que se unirán indefectiblemente otros, la paralización casi total de las ventas de lanas por parte de los ganaderos con domicilio en esta localidad”. También, se incluyó en la enumeración la terminación de contratos que operaban en la zona y de los trabajos de Gas del Estado (que despidió a unas ochenta personas) y de YPF “que derivó unos 300 hombres aproximadamente hacia otros sectores” de la empresa.
La falta de respuesta de Raynelli a las demandas fue generando el caldo de cultivo de la rebeldía ciudadana, que provocarían su caída unos meses después.
