lrededor de esta fecha, se decide bautizar con el nombre de Luis Figue a la pasarela que encerró la bahía y que habilitó una nueva vía de comunicación en la ciudad. Con la decisión de las autoridades de entonces, se homenajeó al primer argentino que se instaló y se radicó en la capital fueguina.
La construcción de la pasarela se había llevado a cabo a mediados de la década del cuarenta. Cuando se procedió a unir las dos orillas de Ushuaia: la que alojó a la Misión Anglicana, fundada en 1869, y la que fue conformando la aldea que rodeó a la subprefectura, creada en 1884.
Para su realización se tuvo que eliminar una barranca que estaba “justo donde ahora están las rampas donde los chicos juegan con las bicis y las patinetas, al lado del edificio de la Biblioteca Popular Sarmiento (…) eso era todo montaña; no estaba el abrupto acantilado de piedra que hay hoy” (Suplemento de El Diario del Fin del Mundo por aniversario de Ushuaia, 12 de octubre de 2008).
Para el desmonte se utilizaron explosivos y las rocas que se desprendieron de la barranca fueron utilizadas en el relleno del terraplén. Las obras de la pasarela permitieron alcanzar una pequeña lengua de tierra que existía desde la costa de la misión, “donde estaban las chacras de Salomón y de otros”.
Se había instalado una vía por donde circulaban las vagonetas que facilitaban el traslado de las piedras, que eran arrojadas al agua hasta unir ambas orillas. Luego, “consolidaron el terraplén” para hacer transitable la pasarela y poder establecer esa nueva vía de tránsito.
Las obras ocuparon una gran cantidad de personas y sus labores fueron manuales. Las únicas herramientas disponibles eran brazos, picos y palas. Durante su realización se produjo un accidente laboral que ocasionó el fallecimiento de un trabajador: “Ismael Saldivia Villarroel, que fue arrastrado hasta el agua de la bahía por una vagoneta cargada de piedras”, que se escapó del control de los que la empujaban.
“Si lo pensás bien, esa pasarela es todo un símbolo. Porque Fique personificó la transición entre la primera Ushuaia – la misión de los anglicanos- y la Ushuaia definitiva, propiamente argentina, desde 1884. Fique fue el primer criollo que se estableció para permanecer aquí (por eso lo de “Primer Argentino”), y tiene sentido entonces que la pasarela que une las dos costas de la bahía lleve su nombre” (op.cit.).
