De Agostini denuncia una “guerra de exterminio” de nativos
EL 16 DE DICIEMBRE DE 1895

De Agostini denuncia una “guerra de exterminio” de nativos

16/12/2019
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ste día, el diario La Nación publica un artículo titulado: ‘Los indios fueguinos. Salvajismo. Hazañas de un Gobernador’, que reproduce denuncias del salesiano Alberto De Agostini, sobre el genocidio de nativos consumado en Tierra del Fuego.
“La responsabilidad de esta guerra de exterminio contra los indios onas recae, en gran parte, sobre el Gobernador don Manuel Señoret, que en aquel tiempo gobernaba el territorio de Magallanes (1892-96). Para tutelar los intereses de algunos señores a quienes el gobierno chileno había alquilado grandes extensiones de terreno en la Tierra del Fuego, y además por odio a los Misioneros Salesianos, que quería expulsar de la Isla de Dawson para tomársela él, favoreció de la más indigna y cruel manera la persecución contra los indígenas, sometiéndolos a indecibles torturas y favoreciendo su destrucción” (citado por Enrique Inda. El exterminio de los onas).
El salesiano describió uno de los casos: “Con el pretexto de castigar un hecho de sangre cometido por los indígenas para defenderse, mandó este gobernador a Bahía Inútil, en agosto de 1895, un pelotón de soldados para que capturasen a todos los indios que pudiesen encontrar (...) Sorprendidos en sus toldos, fueron diezmados a tiros sin compasión alguna, y los sobrevivientes, en número de 165, entre mujeres y niños, fueron hechos prisioneros y llevados a Punta Arenas, donde después de haberlos expuestos al ludibrio del populacho, haciéndoles desfilar casi desnudos por las calles de la ciudad, fueron repartidos entre las personas que los pidieron (remate de indios), sin preocuparse de la honradez de los peticionarios”.
De Agostini narró “escenas desgarradoras al momento de la separación, entre padres e hijos, que no lograron conmover el ánimo cruel de aquel gobernador, y la mayor parte de esos jóvenes acabaron víctimas de las más abyectas pasiones”.
El cura relató que “toda la prensa chilena y argentina” reprodujo “el grito de protesta de los Misioneros Salesianos, pidiendo a los Poderes públicos que (…) se castigue a los culpables”.
“El mayor delito del indio fue el no haber sabido distinguir entre el guanaco y la oveja, pues se los consideraba a ambos de libre caza, porque los encontraba en terrenos que le pertenecían. Nunca fue sanguinario; tan solo cuando se vio tomado de mira por los blancos, se vengó por represalia, y a veces terriblemente” (op.cit.).

Autor : Bernardo Veksler
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