Condenan a sublevados del presidio militar de Puerto Cook
EL 19 DE DICIEMBRE DE 1903

Condenan a sublevados del presidio militar de Puerto Cook

19/12/2019
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l Consejo Supremo de Guerra y Marina ordena, este día, el cumplimiento de las condenas a los sublevados del Presidio Militar de Puerto Cook, en la isla de los Estados. El organismo confirmó la sentencia del tribunal inferior, pero, la pena de muerte sancionada por el Consejo para Clases y Tropa, contra los condenados Cenzano, Roldán y Peralta, fue conmutada por prisón por tiempo indeterminado. Las condenas serán cumplidas en el Presidio de Ushuaia, adonde fueron enviados, pocos días después, en el transporte ‘Guardia Nacional’.
“No podía, en efecto, aplicarse la ley al pie de la letra, con todos sus rigores, a individuos en cuyas tendencias, sentimientos y caracteres influían de modo tan cruel la vida carcelaria, el medio ambiente inmoral y deprimido, el contacto continuo con otros delincuentes, y la inclemencia de los tratamientos y del clima, estimulantes horribles para hombres precipitados en la pendiente fatal del crimen y el vicio” (diario El Tiempo, 23/12/1903).
La rebelión se había producido en diciembre de 1902, aprovechando la disminución de la custodia, debido al decidido traslado del penal a la capital fueguina. Algunos lograron copar algunas embarcaciones surtas en el puerto y dirigirse hacia la isla Grande. Luego de algunas semanas de libertad, fueron recapturados y sometidos a juicio por el crimen de dos uniformados.
Durante esas semanas, la escasa población fueguina vivió momentos de mucha tensión, al difundirse que los fugados se habían internado en la isla.
José Cenzano fue entrevistado por el diario sobre sus sensaciones al conocer la condena a muerte en primera instancia: “Si el tribunal superior hubiera confirmado la sentencia, es decir, si yo hubiese sufrido la pena capital, créame, se cometía una gran injusticia. Yo luché, como lo hicieron estos (señalando a sus compañeros) por conseguir la libertad que todo hombre apetece (…) Hicimos lo que cualquiera hubiera hecho estando en nuestro lugar. Aquello no se puede contar, señor, es necesario haberlo experimentado para darse exacta cuenta de lo que hemos sufrido. Por eso lo que más siento es volver nuevamente a aquellas regiones. Ushuaia o isla de los Estados, es lo mismo”.
En otro tramo de la conversación, el condenado expresó su deseo de redención: “Trataré de portarme como hombre de bien. Obedeceré, haré lo que me manden, por si mañana alguien se compadeciera de mí” (op.cit.).

Autor : Bernardo Veksler
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